La inesperada muerte de Gary Moore el pasado 6 de Febrero (un ataque cardíaco mientras dormía durante unas vacaciones en Málaga) nos dejó sin otro de los grandes guitarristas vivientes. Dotado de una técnica alucinante, velocidad, versatilidad y un dominio absoluto de las escalas y los tonos, su talento sin embargo no ha sido valorado en su justa dimensión. Me gustaría que algún erudito me explicase qué tienen Joe Satriani, Steve Vai, Edward Van Halen o el difunto Randy Rhoads que no tuviera Gary Moore, por qué si bien se le reconocen sus hablidades nunca se le cita en el selecto grupo de los grandes. No obstante este Irlandés tuvo una carrera tan brillante como coherente demostrando no sólo su virtuosismo sino también sus dotes como compositor y cantante, tanto en Skid Row (los originales, no los vulgares hard rockeros de los 90), Thin Lizzy y Colosseum II como al frente de su propia banda. Después de separarse definitivamente de Thin Lizzy tras el soberbio album Black Rose en 1979 y tras un breve paso por la banda de Greg Lake (ex bajista y cantante de ELP) a principios de los 80, Gary concentró todas sus fuerzas en su carrera solista produciendo muy buenos discos de Hard Rock marcados por su torrencial estilo, pero tras el album After The War de 1989 Moore redescubre su pasión por el Blues, grabando uno de sus discos más conocidos (el soberbio Still Got The Blues), formando una nueva banda llamada Midnight Blues Band con quienes se dedicaría a recorrer los escenarios del mundo para demostrar que lo suyo no se limita a las vertiginosas carreras por el mástil de la guitarra sino que también es un intérprete cargado de sensibilidad y expresividad. Blues Alive esta tomado de algunos conciertos en Los Angeles, París y Londres como parte de su gira mundial de 1992 y es el disco que más me gusta recomendar de este caballero; una vibrante combinación de temas propios y clásicos del Blues respaldado por una extraordinaria banda donde se dan cita algunos viejos zorros del British Blues (el tecladista Tommy Eyre, el bajista Andy Pyle, el baterista Graham Walker) junto a una trepidante sección de vientos y un par de chicas haciendo coros. El tema 'Cold Day In Hell' inicia los trámites por todo lo alto con la sección de vientos poniendo el contrapunto perfecto a los feroces punteos de Gary. La entrada de guitarra en 'Walking By Myself' del inmortal Jimmie Rodgers deja en claro cual es el nivel de Moore. Algunas de sus propias composiciones suenan tan auténticas que resulta difícil distinguirlas de los clásicos del Blues, tal es el caso de 'Story Of The Blues', 'Since I Met You Baby' y 'King Of The Blues' (dedicada a su ídolo Albert King). Su versión de 'The Sky is Crying' es una de las más intensas de este viejo clásico e incluso rescata a uno de los más injustamente olvidados héroes del Blues Inglés, el fallecido Duster Bennett, con el tema 'Jumpin´At Shadows'. En 'So Tired' (original de Johnny "Guitar" Watson) Gary hace dúo con el legendario guitarrista de Blues Albert Collins (quien sinceramente no sale muy bien parado al tratar de seguirle el paso a la escurridiza guitarra de Gary). En un par de oportunidades nos cuela 2 de las sensibileras baladas que de vez en cuando escribe, pero el solo en 'Parisienne Walkways' es tan impresionante que le perdonamos eso y más. Si te gusta el Blues Rock en vivo no dejes pasar este magnífico disco.



Categoría: 90's | Vistas: 1362 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 25-Mar-2011

close