Tras el inesperado éxito de Atom Heart Mother y ante las contínuas interrupciones en las sesiones de grabación para el siguiente album (Meddle), la disquera Harvest puso a la venta a través del sello independiente Starline este recopilatorio llamado Relics con la intención de llenar el vacío y no dejar decaer el interés del público hacia Pink Floyd. Por fortuna no se trató de la típica antología de temas recalentados: con 5 canciones de los 3 primeros LP’s, 5 caras de singles no incluidas en los albumes y un tema inédito Relics ofreció suficientes puntos de interés para situarse como pieza vital de la discografía Floydiana. Hasta la edición del doble CD recopilatorio Echoes en 2001 este album fue el único medio para escuchar ‘Arnold Layne’ y ‘See Emily Play’, los 2 singles que en 1967 hicieron que el público se fijara en Pink Floyd expandiendo el prestigio que se habían ganado a nivel underground con su larga estancia en el club UFO (la base de operaciones de la Psicodelia Londinenese); fueron también la muestra del genio visionario de Syd Barrett y su desquiciada poesía como preámbulo a la bizarra experimentación del primer album. Sin embargo tanto Roger Waters como Rick Wright demostraron entonces poseer también talento especial para componer grandes canciones, tal es el caso de ‘Paintbox’ de Rick (b-side de ‘Apple And Oranges’, el tercer y último single de Pink Floyd con Syd) y la onírica melancolía de ‘Julia Dream’ de Roger (b-side de ‘It Would Be So Nice’, el tema de Wright que abría el primer single de PF sin Barrett). ‘Careful With That Axe, Eugene’ compuesta a medias por Waters y Gilmour fue la b-side de ‘Point Me At The Sky’, y es que sólo una banda de la estatura de Pink Floyd podía darse el lujo de relegar a la cara b un tema tan magistral como este y que por casi 4 años se mantuvo fijo en el repertorio de los recitales (por cierto que estas 3 b-sides, a diferencia de sus ediciones originales, aparecen aquí mezcladas en stereo). Para finalizar ‘Biding My Time’ (escrita por Waters) se grabó en las sesiones de Ummagumma pero se descartó cuando los Floyd decidieron incluir en la sección de estudio de ese album sólo material solista de los cuatro. Sé que es odioso hacer ciertas comparaciones pero la canción parece sacada del primer album de Jethro Tull tanto por la entonación vocal de Roger (similar a la de Ian Anderson) como al arreglo Jazz/Blues, no obstante esto no le quita mérito a otra fantástica pieza con un buen ‘break’ a cargo del David Gilmour y el curioso trombón tocado por Rick Wright. Poco después PF agregaron este tema a su larga suite The Man & The Journey con el título cambiado a ‘Afternoon’. Para resumir, se trata de un disco que en cierta manera pretendía también poner punto final a la etapa Barrett aunque sólo a nivel material, pues el recuerdo de Syd fue como una sombra que los persiguió por siempre hasta el punto de ser fuente de inspiración en los futuros Dark Side Of The Moon, Wish You Were Here y The Wall.



Categoría: 60's | Vistas: 1029 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 03-Feb-2011

Atom Heart Mother fue resultado de un período densamente experimental en la carrera de Pink Floyd, una época en que más que buscar una línea o estilo al que apegarse la agrupación quiso demostrar todo lo que era capaz de hacer dentro del campo del Rock; así tras una banda sonora (More) y un disco de corte vanguardista (Ummagumma) el quinto album estuvo enmarcado dentro de la corriente "sinfónica” de la época motivo por el cual la banda fue erróneamente catalogada en la absurda categoría de "Rock sinfónico”. Por aquel entonces la prensa comenzó a acuñar etiquetas risibles como "música planeadora” o "Rock cósmico” para definir el estilo de Pink Floyd, muchos fans crearon alrededor del nombre PF un halo místico-lisérgico y los consideraban mesías poseedores de una verdad a la que sólo se tenía acceso por medio de las drogas y, de hecho, fueron etiquetados de drug-band… con la intención de desprenderse de esos clichés (y quizá de descolocar una vez más al público y los críticos) decidieron que su siguiente album fuese lo más simple posible pero sin perder la estética de Pink Floyd. Inicialmente la larga suite homónima que ocupaba todo el lado A del album original sería ejecutado con instrumentación básica (guitarra, bajo, órgano y batería) sin experimentaciones sonoras ni efectos de estudio, pero poco a poco surgió la idea de agregar orquesta y un coro. La partitura orquestal estuvo a cargo de Ron Geesin y sus sugerencias respecto a la elaboración de la pieza fueron de tal importancia que su nombre fue agregado como co-autor. La suite constaba de 5 partes (‘Father´s Shout’, ‘Breast Milky’, ‘Mother Fore’, ‘Funky Dung’, ‘Mind Your Throats, Please’ y ‘Remergence’) y tenía una estructura poco convencional, con los 4 Floyd suministrando el acompañamiento de base, la orquesta trabajando como un instrumento más y el John Alldis Choir haciendo la función de "voz solista” con dos sublimes momentos de máximo efecto en ‘Mother Fore’ y ‘Funky Dung’. Exceptuando el solo de David Gilmour en ‘Breast Milky’ y el estupendo contrapunto Wright /Gilmour de ‘Funky Dung’, la banda trabaja en un sorprendente segundo plano (en la sección ‘Mind Your Throats, Please’ dejan entrever elementos que más tarde reaparecerían en la larga ‘Echoes’ del album Meedle). La segunda parte del disco tiene un concepto similar a Ummagumma con una pieza para cada uno: la delicada balada ‘If’ de Roger Waters con una enigmática letra donde algunos creen ver reflejado su complejo de culpa hacia Syd ("Y si yo fuese un buen hombre/ habría hablado contigo más frecuentemente”); la crítica al estilo de vida del Rock’n'Roll en ‘Summer´68′ de Wright (con el acompañamiento de una sección de vientos) y la sinuosa (y deliciosamente Folkie) ‘Fat Old Sun’ de un David Gilmour que poco a poco iba subiendo de estatura como autor. El último tema está firmado por los 4 aunque se basa en un concepto de Nick Mason: ‘Alan´s Psychedelic Breakfast’, un collage de música concreta y pasajes instrumentales dividido en 3 movimientos (‘Rise and Shine’, ‘Sunny Side Up’, ‘Morning Glory’) dedicado al pintoresco ritual del roadie de la banda Alan Stiles (ya retratado en la contraportada de Ummagumma) preparando su desayuno matinal. Si bien fue un éxito rotundo en Inglaterra y tuvo buena recepción en EUA el album dividió a los fans y desconcertó a muchos (lo que Pink Floyd buscaba en el fondo) empezando por la austera portada sin nada escrito en ella. En los últimos años los 4 miembros de PF se han referido en términos despectivos hacia la suite, sin embargo en su momento tuvo una gran significación para ellos pues en los primeros recitales de la gira promocional se llevaron la orquesta a cuestas pero ante los altos costos hicieron una versión sólo para cuarteto y reducida a 15 minutos que se mantuvo en su repertorio hasta 1972. Al igual que otras obras primerizas de Pink Floyd estamos ante un disco que ha envejecido más que dignamente y que aún ofrece mucho por descubrir.



Categoría: 60's | Vistas: 1088 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 31-Ene-2011




Lanzado en Octubre de 1969 Ummagumma llegó en un momento crucial para Pink Floyd, la banda comenzaba a ser reconocida por la crítica musical en buena parte gracias a sus estupendos recitales a lo largo y ancho de Europa y Norteamérica, bastaba con poner en el mercado un buen album que confirmara el enorme potencial de la agrupación y abriera nuevos caminos en su evolución… Pero Pink Floyd querían ir más allá, ser respetados y admirados por lo que los hacía diferentes del resto de la comunidad "progresiva”, y lo hicieron con  un doble LP que mostraba las 2 facetas de la banda sobre el escenario y dentro del estudio de grabaciones. El primer album grabado en vivo entre Abril y Mayo de 1969 en 2 ciudades Inglesas (Birmingham y Manchester) dejaba en claro que la música de los Floyd no era un frío e impersonal montaje (como ya entonces anunciaban sus detractores), mientras que el segundo album daba cuenta del trabajo individual de cada uno de los miembros en el estudio. Una dicotomía que en mi opinión estuvo perfectamente pensada al mostrar por un lado al perfectamente cohesionado trabajo colectivo de la banda en vivo, sin egos ni protagonismos innecesarios, y por el otro las 4 personalidades musicales que fuera de ese colectivo se expresaban de manera individual. El album en vivo es excelente y constituye el único documento oficial de los PF clásicos; ‘Astronomy Domine’ siguió siendo uno de los puntos fuertes de su repertorio por algunos años más y aquí suena absolutamente incendiaria; ‘Careful With That Axe, Eugene’  era la b-side de ‘Point Me At The Sky’ (single editado entre el segundo y el tercer album), magistral en su creciente tensión que finalmente explota en un estruendo aterrador; ‘Set The Controls To The Heart Of The Sun’ tiene la misma sinuosidad oriental que en estudio pero acentuada por un clima de inquietante fatalidad mientras que ‘A Saucerful Of Secrets’ gana en matices respecto a la original gracias en parte al inventivo ‘drumming’ de Nick Mason.  En el album de estudio cada músico tiene 1/4 del espacio para desarrollar su propio concepto o visión musical dentro del más puro vanguardismo; por años este disco ha constituído la pieza más polémica del catálogo de Pink Floyd, muchos los han acusado de esnobistas por ello pero también es cierto que son pocos quienes se han dignado a escucharlo con detenimiento y sin prejuicios. Rick Wright y sus teclados (organo, piano, melotrón y algo de percusión) son responsables de ‘Sysyphus’, una pequeña suite en 4 partes basada en la leyenda mitológica Griega del Sísifo que combina clasisismo y música contemporánea. Roger Waters se vá hacia los extremos de su compleja psiquis, abre con la delicada e intimista balada ‘Grantchester Meadows’ (en la línea de las que hizo para el soundtrack de More) para luego desembocar en la paranoia de ‘Several species of small furry animals gathered together in a cave grooving with a Pict’, una pieza de música concreta donde todos los sonidos que se escuchan proceden de su voz reproducida a diferentes velocidades o tratada a través de la cónsola. ‘The Narrow Way’ fue el primer intento de David Gilmour por escribir algo completamente suyo y es quizá lo más cercano al espíritu Pink Floyd, especialmente en la tercera parte. ‘The Grand Vizier´s Garden Party’ es el aporte de Nick Mason y en mi humilde opinión es el mejor logrado de las cuatro, casi toda la idea se desarrolla en la parte central donde Nick ejecuta un muy bien articulado solo de  batería orientado no al exhibicionismo sino al contraste de diversos matices, enmarcado por dos breves fragmentos ejecutados por su esposa Nettie a la flauta. A pesar de las críticas dispares el album vendió muy bien (N° 1 en Gran Bretaña y N° 74 en EUA). En los siguientes 2 años PF ejecutaría en sus recitales una larga pieza conceptual llamada The Man & The Journey formada por relaboraciones de antiguas piezas, bocetos de piezas futuras y fragmentos de estas 4 partes solistas lo que indica la importancia para la banda de estos trabajos en estudio; también se grabó una pieza colectiva llamada ‘Embryo’ pero fue desechada por no calzar en el concepto del segundo album y permaneció inédita hasta 1984 cuando se la incluyó en el recopilatorio The Works. A diferencia del doble vinilo original esta versión remasterizada contiene los 2 albumes por separado (con su propia portada y libreto) enfundados en un slipcase verde con una ventana que muestra la célebre escena recursiva del cuadro junto a un poster con la reproducción en grande de ésta. Quizá no fue lo que muchos esperaban de Pink Floyd pero no deja de ser un muestrario de su enorme validez musical.



Categoría: 60's | Vistas: 2205 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 28-Ene-2011


Definitivamente Pink Floyd nació para tener éxito pero no lo encontró siguiendo los caminos más expeditos. Sus primeros años estuvieron marcados por la búsqueda de algo que los hiciera diferentes, por trascender los límites de lo que se esperaba de ellos; tras la buena recepción de A Saucerful Of Secrets pudieron hacer otro album similar que los consolidara entre la nueva base de fans que poco a poco se formó a su alrededor, no obstante optaron por el sendero más difícil y aceptaron la propuesta del director Alemán de cine Barbet Schroeder para hacer la música de su película More, de esta manera el tercer album de PF y primero con David Gilmour como remplazo definitivo de Syd Barrett fue una banda sonora, algo bastante poco común. Este tipo de trabajos suelen tener sus limitaciones para una banda de Rock pues al tener que componer en función de unas imágenes la capacidad expresiva de los músicos corre el riesgo de verse limitada, pero ese no fue el caso de Pink Floyd: puede que Music From The Film ‘More’ no haya sido lo que se esperaba de ellos pero se integra perfectamente dentro de la discografía Pinkfloydiana hasta el punto que algunas de sus piezas figuraron en el setlist de sus recitales durante los siguientes 3 años. El material del disco presenta tres facetas diferentes: las estupendas ‘Cirrus Minor’, ‘Crying Song’, ‘Green Is The Colour’ y ‘Cymbaline’ son 4 joyas acústicas e intimistas cargadas de profunda melancolía y demuestran el incipiente talento de Roger Waters como autor; ‘The Nile Song’ e ‘Ibiza Bar’ pisan el terreno del Hard Rock logrando un efecto visceral que no volveríamos a encontrar en un disco de los Floyd hasta The Wall. El resto del album lo componen piezas instrumentales (escritas por los cuatro miembros) destinadas a proveer el marco "incidental” de soporte a las imágenes pero que aún así pueden sostenerse solas; temas que reflejan su lado más experimental (‘Main Theme’, ‘Quicksilver’, ‘Dramatic Theme’) o extravagante (‘Party Sequence’ con los 4 Floyds tocando bongós). Incluso se aprecian ciertos elementos que reaperecerán en futuros temas (el desarrollo de ‘Up The Khyber’ lo volveremos a encontrar en las versiones en vivo de ‘A Saucerful Of Secrets’). El album en su conjunto no describe exactamente las imágenes (el film narra la historia de una joven pareja atrapada en un espiral de abuso de drogas ambientada en la isla de Ibiza, uno de los paraísos Hippies Europeos de entonces) pero sí las matiza de una manera muy natural y para nada forzada. No obstante cabe destacar que en el film suenan 2 temas no incluidos en el disco (‘Seabirds’ y ‘Hollywood’) y que un par de piezas suenan muy diferentes en la película. Un album que a mi juicio se ha mantenido muy bien en el tiempo y que realza aún más la importancia e influencia de la música de Pink Floyd.



Categoría: 60's | Vistas: 1117 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 26-Ene-2011



En cierto sentido A Saucerful Of Secrets representa el nacimiento de los Pink Floyd "clásicos” que pasaron a la posteridad, fue el último album con alguna participación de Syd Barrett y el debut de David Gilmour, un músico cuya importancia iría creciendo disco a disco; curiosamente él y Syd eran amigos de la adolescencia y fue a instancias de Barrett que David entró en Pink Floyd. Las primeras demos se grabaron en Agosto de 1967 casi simultáneamente con el lanzamiento de The Piper At The Gates Of Dawn y ya entonces era obvio que algo le pasaba a Syd. En Septiembre parten rumbo a EUA para su primer tour que resulta un completo desastre, Barrett luce distante, abstraído y prácticamente sabotea a su propia banda en el escenario, su actitud en el show de Pat Boone fue embarazosa (Syd se quedó parado mirando a la cámara mientras sus compañeros trataban de tocar en playback fingiendo que nada ocurría). Muchos se han referido a esos episodios como síntomas de demencia… si bien Syd no estaba en sus cabales me inclino a pensar que él exageró las cosas como forma de protesta, en el fondo Barrett era un idealista y le chocaba ver a Pink Floyd tratado como un "producto”. De vuelta a Londres y tras realizar un "pack tour” junto a la Jimi Hendrix Experience, The Move, The Nice, Amen Corner y otros se inician las sesiones formales pero la mayoría del material grabado es descartado por el propio Syd (concretamente sus composiciones "Scream Thy Last Scream”, "Vegetable Man”, "In The Beechwoods”, "John Latham” y otras piezas sin título definido) quedando a salvo sólo 2 temas: ‘Jugband Blues’ y ‘Remember A Day’. Su actitud errática e inestable entorpece el funcionamiento de la banda, no obstante sus amigos aún lo veían como el líder y tenían la esperanza que en algún momento Syd recuperaría la cordura. En Enero de 1968 David Gilmour se integra como quinto miembro, la idea era que Barrett sólo trabajara en el estudio para liberarlo del stress de las presentaciones; el inicio fue prometedor pues los cinco terminaron uno de los mejores temas a la postre, el estupendo ‘Set The Controls To The Heart Of The Sun (de Roger Waters) con su misteriosa cadencia oriental (el único documento de Pink Floyd como quinteto) pero Syd había perdido todo interés y en Febrero se anuncia su partida definitiva. Quizá otra banda en la misma situación se habría desmoronado pero Pink Floyd no, así que liberados de Barrett se replantearon el trabajo y en menos de 4 meses culminaron otro album para la historia con Waters y Wright llevando las riendas y el peso creativo. La excelente ‘Let There Be More Light’ que abre el disco es una pieza de marcados contrastes donde ambos se alternan la parte vocal y que alcanza el clímax con un brillante "break” a cargo de Gilmour. Los temas de Rick ‘Remember A Day’ y ‘See-Saw’ reflejan ese caracter melancólico e introspectivo que marcaría sus composiciones futuras a la vez que dán fé de su sólida formación como músico. En la farsesca ‘Corporal Clegg’ ya Roger comienza a hacer referencia al tema de la guerra que se convertiría casi en una obsesión personal. El tema homónimo es el momento más experimental del disco, un ejemplo de puro vanguardismo con un desarrollo cacofónico que poco a poco se disuelve en un final solemne y casi coral. El album se cierra con ‘Jugband Blues’, único tema de Syd rescatado de las sesiones y colocado al final del disco como una especie de despedida. Un arreglo disperso como la psiquis de su autor, el acompañamiento casi burlesco de una banda de metales del Ejército de Salvación Británico y una letra enigmática pero a la vez reveladora ("Es muy considerado de tu parte que pienses en mí aquí/ Y te estoy muy agradecido por hacer comprender tan claramente que no estoy aquí”….. "Y me pregunto quién podrá estar escribiendo esta canción/ No me importa si el sol no brilla/ Y no me importa si no tengo nada mío/ Y me da igual sentirme incómodo contigo”). Sólo por haber sobrevivido a la omnipresencia auto-destructiva de su líder A Saucerfiul Of Secrets merece respeto y consideración pero incluso al margen de esto se trata un gran disco y una de las obras más perdurables de los igualmente grandiosos Pink Floyd.



Categoría: 60's | Vistas: 1372 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 21-Ene-2011

La verdad que comentar una obra como esta no es tarea fácil. The Piper At The Gates Of Dawn es un album de leyenda, una leyenda tan grande como la de los propios Pink Floyd lo cual ya lo dice todo pues se trata de una de las agrupaciones defintivas en la historia del Rock. Una obra considerada el punto álgido de la psicodelia Británica como antesala a la eclosión del vanguardismo en el Rock, una valiosa pieza de estudio para los arqueólogos musicales del futuro, un retrato de su época que ha perdurado de manera casi sobrenatural, pero sobre todo la muestra más palpable del genio artístico de Roger Keith Barrett… Syd Barrett, el Sun Ra del Rock’n'Roll, un visitante de otros planos venido a este mundo para relatarnos musicalmente visiones más allá de nuestra comprensión. Porque gústele o no a algunos Syd era Pink Floyd. A lo largo de los años este album ha alineado a los fans de la banda en 2 extremos opuestos: para unos es una anomalía, para otros es su obra maestra (incluso los hay más radicales que aseguran que es el único album de Pink Floyd destacable). En mi humilde opinión pienso que hablamos de 2 agrupaciones bastante diferentes. Cuando Barrett los conoció a comienzos de los 60 eran otro de los tantos combos juveniles de R&B Británico pero bajo su guía se convirtieron en apóstoles del movimiento psicodélico Inglés. Grabado casi al mismo tiempo que Sgt. Pepper’s de The Beatles, The Piper At The Gates Of Dawn (título extraído de la novela The Wind In The Willows de Kenneth Grahame) no fue una obra de la coyuntura psicodélica, era LA psicodelia en su máxima expresión. La producción de Norman Smith (ex ingeniero de sonido de Los Beatles) es soberbia y el desempeño de PF como conjunto es realmente notable sin embargo el ascendiente de Syd es innegable: de los 11 temas que componen el disco 9 llevan su firma exclusiva, con letras llenas de imágenes fantásticas y estructuras musicales nada convencionales. Syd destaca no sólo como excelente autor, sino tambien demuestra ser un hábil arreglista y un atrevido guitarrista, un artesano de los nuevos sonidos sin el virtuosismo de Jimi Hendrix pero con la misma capacidad de exploración e inventiva. Temas basados en formas puramente revulsivas como la inicial ‘Astronomy Domine’ (cantada por Rick), la atmósfera a lo Lewis Carroll de ‘Flaming’, el Jazz desquiciado de ‘Pow R. Toc H.’ o la catarsis cósmica de ‘Interstellar Overdrive’ (la cima creativa de todo el album junto al lamento solitario de ‘Chapter 24′) , la bizarra imaginería de ‘Lucifer Sam’ (nombre del gato de Syd), ‘Matilda Mother’ y ‘The Gnome’, los recuerdos de la infancia en ‘Bike’… el único tema firmado por Roger Waters ‘Take Up Thy Stethoscope And Walk’ deja ya entrever el caracter maníaco-depresivo del personaje y es realmente bueno, con un impecable trabajo colectivo del cuarteto. Con la salida de Syd al año siguiente Pink Floyd se reinventarían a sí mismos y tanto Roger como Rick Wright harían florecer sus propias personalidades dentro de un contexto más "democrático”, al menos hasta que Waters desarrollara sus ambiciones totalitarias. Esta estupenda colección fué editada el pasado 2007 en coincidencia con el 40 aniversario del album en 2 versiones diferentes: una convencional de 2 CD’s con el disco en mono y en stereo, y una edición de lujo con un CD adicional de bonus tracks, estuche de libro con tapa dura, libreto de tamaño ampliado y una reproducción del cuaderno de notas de Syd Barrett. Este último CD es una perla para los coleccionistas, contiene versiones remasterizadas de los 2 primeros singles (‘Arnold Layne’ y ‘See Emily Play’) con sus respectivas b-sides (tanto Británica como Norteamericana) más versiones alternas de ‘Interstellar Overdrive’ (dos diferentes), ‘Apples & Oranges’ y ‘Matilda Mother’. Algunos fans se lamentan de la poca cantidad de material inédito; personalmente pienso que fué mejor así, manteniendo el foco de atención sobre el disco homenajeado y evitando competir inútilmente con la avalancha de bootlegs que existen sobre estas sesiones (la mayoría de ellos muy buenos). En resumen una obra imprescindible tanto para los fans de Pink Floyd, los admiradores de Syd Barrett y los entusiastas de la psicodelia Británica en los 60… y sí es una obra maestra!.



Categoría: 60's | Vistas: 878 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 18-Ene-2011

A pesar que en 1970 Syd Barrett continuaría con su comportamiento errático y distante afrontó su carrera con algo más de entusiasmo. Aunque no fue promocionado adecuadamente The Madcap Laughs vendió de manera prometedora entrando en el top 40 Británico; el 24 de Febrero Syd se presentó en el programa radial de la BBC Top Gear acompañado por David Gilmour al bajo y Jerry Shirley (de Humble Pie) a la batería, y pocos días después volvió a los Abbey Road Studios para grabar nuevo material. Con producción y apoyo de Gilmour y Rick Wright, Syd daría forma a su segundo y último album titulado simplemente Barrett y lanzado en Noviembre del mismo año. Todas las canciones provienen de la época de The Madcap Laughs, no hubo nuevas composiciones lo que confirma como Syd poco a poco se iba desvinculando de su pasado. Mas si bien temáticamente el material es el mismo el disco suena con un dinamismo que no tenía su predecesor. Los arreglos están algo más esmerados, el sonido es por momentos muy limpio (‘Baby Lemonade’ y sobre todo ‘Gigolo Aunt’ hubiesen sido buenos singles para la radio) e inlcuso llegan a rozar cierta melancolía casi infantil (‘Love Song’, ‘Wined And Dined’). Sin embargo las condiciones anímicas lo llevaban a desplazarse hacia los extremos de su personalidad: temas como ‘Dominoes’, la inquietante ‘Rats’ o ‘Maisie’ nos muestran a un Syd perverso y fúnebre mientras que en ‘Wolfpack’ y ‘Effervescing Elephant’ dá rienda suelta a su naturaleza extravagente y freaky. El núcleo compacto que lo acompaña (Gilmour, Wright & Shirley) ayuda mucho a que Barrett resulte una obra más homogénea y en cierta manera mejor condensada, sin embargo Rick y David guardan recuerdos ambíguos sobre esas sesiones, y es que no debe haber sido nada agradable ver cómo su amigo, otrora líder y propulsor del concepto Pink Floyd, se extraviaba en su propio laberinto, y si hoy en día podemos escuchar y discutir este disco se debe en gran parte a ellos. A pesar de los buenos auspicios Barrett (el album) fue fríamente recibido. En Junio de 1970, un mes antes de culminar las grabaciones, Syd dió su único recital como solista (nuevamente con Gilmour y Shirley) que terminó abruptamente cuando dejó su guitarra en el suelo y se marchó del escenario. Tras el lanzamiento del album volvió a los estudios de la BBC para grabar una pequeña presentación promocional, y aunque en una larga entrevista para la revista Rolling Stone se mostró como un hombre con pleno control de sí mismo, sus días como músico estaban contados; el desastroso intento en 1972 de formar una banda llamada Stars (con Twink y Jack Monck), su última sesión de grabación en 1974 y la frustrada esperanza de otros artistas que lo contactaron para proponerle trabajar juntos (Eno, Jimmy Page y la banda Punk The Damned) fueron los coletazos de una de las más grandes telenovelas en la historia del Rock, y si bien existen versiones contradictorias sobre su final los relatos más confiables en voz de su hermana Rosemary describen a un Syd Barrett que sobrevivió a su propia leyenda a pesar de los problemas de salud que acabaron con su vida en Enero de 2006. Aún así estas obras que nos legó constituyen uno de los retratos musicales más apasionantes que jamás se hayan hecho. Al igual que el anterior este CD proviene de la caja Crazy Diamond. Contiene 7 bonus tracks.



Categoría: 60's | Vistas: 1377 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 14-Ene-2011

No es fácil hablar sobre una obra como The Madcap Laughs. No quiero caer en los mismos clichés sobre Syd Barrett, su compleja personalidad ni la historia de su ascenso a la cima y posterior descenso a los infiernos de sus propia psiquis pues sobre eso han corrido océanos de tinta a lo largo de 40 años plasmados en relatos que tienen tanto de realidad como de fantasía. Humildemente los invito a repasar la reseña que hice para el recopilatorio Wouldn’t You Miss Me? donde traté de resumir la leyenda sobre Barrett en los términos más realistas posibles. Lo que sí me gustaría puntualizar es que a pesar de las circunstancias bajo las cuales Syd abandonó Pink Floyd, sus problemas psiquiátricos y las dificultades que rodearon su breve carrera solista, The Madcap Laughs no es la obra de un perturbado mental, es mas bien una muestra imperfecta de su inmenso talento y el retrato de un artista que no supo encontrar el equilibrio necesario para luchar contra sus propios demonios. Si existe una delgada línea que separa la genialidad de la locura sin duda que Syd caminó sobre ella, su psiquis tocó fondo en los 70 pero ello no lo convirtió en miembro honorífico de los manicomios Ingleses como muchos fans mitómanos gustan creer, y aunque no celebró el recobrar la estabilidad abriendo un nuevo compás musical (como Neil Young, Lou Reed o John Lennon) vivió sus últimos años en paz consigo mismo, de espaldas a su propio legado y sin terminar convertido en una marioneta del show business: perdimos al artista pero el hombre recobró su libertad. Sea como sea la gestación de The Madcap Laughs no fue fácil, Syd había perdido progresivamente interés por todos los aspectos del negocio musical: la promoción, las presentaciones y las sesiones de grabación formales. Peter Jenner renunció a manejar Pink Floyd para seguir la carrera de Syd y de no haber sido por el entusiasmo que éste le transmitía pienso que Barrett ni siquiera hubiese vuelto a pisar un estudio. Ambos se instalaron en los Abbey Road Studios y entre Mayo/Junio de 1968 grabaron las bases para las nuevas composiciones de Syd. El trabajo no se retomó hasta Abril de 1969 (después que Barrett cumplió un período de reclusión por casi un año) cuando grabó otro nuevo lote bajo la producción de Malcolm Jones; ante la informalidad y escasa colaboración por parte de Barrett, Jenner pide ayuda a sus amigos de Pink Floyd, David Gilmour y Roger Waters aceptan ayudar con la producción. Gilmour quien conocía muy bien a Syd sugiere dejarlo grabar las canciones sólo con su guitarra acústica para posteriormente trabajar las pistas de acompañamiento en sesiones aparte. El resultado fue un disco que sonaba crudo e inacabado pero absolutamente genial. Las letras abandonaban los relatos visionarios del primer album con Pink Floyd para devenir en una especie de poesía lisérgica e intimista realzada por el primitivo sonido, el compañamiento mínimo esencial y un Syd Barrett que no le importaba sonar abstráido, aburrido o desafinado; una especie de autista al que milagrosamente muchos entendían y se conectaban. ‘Terrapin’ (el tema que abre el disco) tiene un andar perezoso e hipnótico sobre unos deliciosos acordes de Blues; la Dylaniana ‘Dark Globe’ con su letra que hace referencia al largo año de encierro (de ahí la expresión Wouldn’t You Miss Me? que significa ¿No me extrañaron?) parece haber sido grabada por alguien recién salido del psiquiátrico pero tiene la facultad de inyectar una dosis de insano y desquiciado optimismo; ‘Octopus’ con su contraste de imágenes resulta maravillosamente desordenada; en la onírica ‘Golden Hair’ Syd le pone música a un poema del escritor Irlandés James Joyce y constituye el momento más sublime del album a pesar de su brevedad (en lo personal se trata de mi tema favorito junto a la inquietante ‘Long Gone’). Completan el cuadro las piezas "rockeras" fruto del ensamblaje de estudio al que hacía referencia anteriormente pero que aún así trabajan en buena simbiosis, especialmente ‘No Good Trying’ (con el acompañamiento de la banda Soft Machine), ‘No Man´s Land’ y ‘Late Night’. La presente edición remezclada (mas no remasterizada) es la misma incluida en la caja Crazy Diamond de 1993 pero lanzada individualmente en 1994. Como bonus se incluye 6 outtakes muestra de la informalidad con que Syd se tomaba las cosas entonces pero que aún así resultan interesantes y reveladoras. Quizá no sea una obra maestra pero sí un testimonio del talento de una de las grandes leyendas del Rock.



Categoría: 60's | Vistas: 1071 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 11-Ene-2011


Tras su muerte acaecida en Julio de 2006, el culto a Syd Barrett se ha disparado hasta alturas insospechadas, suspendido entre la leyenda y la infamia (como acertadamente escribe Mark Paytress en el estupendo texto del libreto de este CD). Su meteórico ascenso a la fama, su derrumbe psíquico-emocional y posterior reclusión en su Cambridge natal lejos del "circo” del Rock no hicieron sino apuntalar más y más el mito y la aureola de genio incomprendido que siempre lo perseguió. Pero su historia es menos trágica y más clara de lo que la mitología Pop se ha encargado de prodigar. Nacido en uno de los más grandes focos culturales de Inglaterra (la citada ciudad de Cambridge), Syd fue un niño inteligente y lleno de imaginación criado en un hogar donde se le inculcó el amor por la música y la lectura, lo que le permitió desarrollar su vena artística en distintas direcciones (pintura, diseño, poesía, música); la guitarra y la composición fueron sólo 2 facetas más pero que a la larga prevalecieron sobre las demás. Ya de adolescente metido de lleno en la música, conoce una banda llamada The Abdabs (entre otros nombres utilizados) y se une a ellos; bajo la influencia de Syd pasan a llamarse Pink Floyd y mutan del primitivo Rhythm & Blues hacia la psicodelia más radical. Un primer disco considerado la obra cumbre de la Psicodelia Británica (The Piper At The Gates Of Dawn) y un futuro promisorio que repentinamente se trastoca: Syd sufría de un desorden psicopático no diagnosticado, potenciado por el consumo de LSD y agravado cuando el propio Syd, en su ignorancia, trató de controlar automedicándose altas dosis de Prozac (un potente anti-depresivo). Su comportamiento se volvió errático y en su caída arrastraba a su propia banda. En un intento por salvar a PF aceptó la entrada de un quinto miembro, su amigo de la infancia David Gilmour; el plan era que Syd trabajara solo en el estudio componiendo y grabando (al estilo de Brian Wilson en los Beach Boys) mientras la banda salía de gira con Gilmour, pero Syd había perdido paulatinamente interés en PF y su salida era inevitable. Sin embargo el ex manager de PF Peter Jenner creía en el talento de Syd y lo insta a proseguir como solista, se organizan sesiones de grabación que resultan un desastre por la actitud de Syd y su cada vez mayor rechazo a trabajar con el formato de banda. Jenner llama a David Gilmour para que se haga cargo de la producción y con la ayuda de otros amigos (Roger Waters, Rick Wright, Jerry Shirley, los miembros de Soft Machine) se completan en el transcurso de 2 años los 2 únicos discos solistas de Syd, The Madcap Laughs y Barrett en 1970. Ambos son colecciones de temas cantados por Barrett con su guitarra acústica, la mayoría de ellos con acompañamiento instrumental grabado en sesiones aparte. La música podría catalogarse como Acid-Folk (para ubicar a los no familiarizados), pero a pesar de la poca producción, la falta de disciplina, el escueto acompañamiento, las voces desafinadas, y el sentido de lo inconcluso, la obra de Syd tenía un innegable encanto y una calidad innata. Son canciones muy personales que reflejan en parte el estado de inestabilidad en que se encontraba su autor y su desencanto por las limitaciones de ser un astro Pop. Canciones que evocan imágenes de todo tipo: oníricas, inquietantes, pesadillescas, poéticas y hasta humorísticas. Canciones que las amas o las odias pero que a nadie dejan indiferente. Después de estos 2 discos Syd se iría alejando paulatinamente del "circo Pop” (como él lo llamaba), se retiró a su ciudad natal recluyéndose en la casa de su madre, aceptó por primera vez tratamiento psiquátrico y si bien jamás se recuperó del todo halló al menos un sentido de lo que quería ser: una persona normal, anónima, dedicada a la pintura, la restauración de obras de arte y la reparación de objetos dañados (desde muebles hasta bicicletas). Una decisión increíble pero respetable, que le permitió pasar el resto de su vida en paz consigo mismo y ahorrándose un final a lo Jimi Hendrix o Jim Morrison. A medida que el mito Barrett crecía y se hacía obvio que no habrían más nuevas grabaciones, se armó un disco con los remanentes de sus históricas sesiones (Opel en 1988) y otro con unas cortas sesiones que hizo para la BBC (editado como The Peel Sessions). Este recopilatorio  Wouldn’t You Miss Me? es el último eslabón de la cadena, con 21 temas que cubren acertadamente todos los trabajos anteriores más una pieza inédita: una demo llamada 'Bob Dylan Blues', una de las primeras composiciones de Syd (aunque no grabada hasta 1970) y que constituye un mordaz y humorístico retrato de uno de sus héroes de la adolescencia. Si aún no has descubierto el fantástico mundo de Syd Barrett, aquí tienes por donde empezar. Como Bonus incluyo una carpeta con algunas de las pinturas de Syd, tomadas de la página Neptune Pink Floyd de mi amigo Keith Jordan. También incluyo un bonito obituario hecho y publicado por la página Pink Floyd Club Hispano en ocasión de su muerte.



Categoría: 60's | Vistas: 1184 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 09-Ene-2011

H.P. Lovecraft fueron una de las bandas más originales e interesantes de la psicodelia Norteamericana en los 60, y aunque no se les reconozca como tales su peculiar estilo ayudó a forjar el Rock progresivo de los años por venir. La historia comienza en la ciudad de Chicago con un joven Folk-singer de nombre George Edwards. En 1966 Edwards había grabado para el sello local Dunwich Records una versión de Norwegian Wood de The Beatles pero ante la nula aceptación terminó trabajando como vocalista de sesiones para el mismo sello. En 1967 Edwards graba un nuevo single con ‘Anyway That You Want Me’ (el tema de Chip Taylor que los Ingleses The Troggs llevaron al éxito) y un plagio de Dylan titulado ‘It´s All Over for You’ acompañado por The Rovin’ Kind (una banda de Chicago) y el tecladista Dave Michaels a quien George conoció en un club nocturno donde tocaba el piano en una banda de Lounge-Jazz. A pesar de ser una grabación solista de Edwards el single salió a nombre de H.P. Lovecraft, un tributo al famoso escritor Americano de cuentos de terror Howard Phillips Lovecraft de quien George y los dueños de Dunwich eran ávidos lectores. ‘Anyway That You Want Me’ fue otro fracaso pero Edwards congenió con Michaels (pianista clásico y estudiante de Opera con un potente rango vocal de 4 octavas) y ambos tramaron formar una banda. Tras reclutar a 3 nuevos músicos (el guitarrista Tony Cavallari, el bajista Jerry McGeorge y el baterista Michael Tegza) y obtener permiso de los herederos de Lovecraft para usar su nombre, la nueva agrupación firma con el sello Phillips y lanzan a finales del 67 su primer album titulado simplemente H.P. Lovecraft. Su estilo era una relectura en clave clásico-psicodélica del repertorio Folk contemporáneo Americano llevado a la banda por Edwards, la influencia del célebre escritor se reflejaba tanto en la letras de los temas originales como en la música que buscaba reproducir la atmósfera macabra y perturbadora de las historias de Lovecraft. El disco era un sugestivo compendio de irreconocibles versiones de clásicos del Folk (‘Wayfaring Stranger’, ‘The Drifter’, ‘That´s The Bag I´m In’, ‘Country Boy & Bleeker Street’) y algunas piezas propias donde destaca ‘The White Ship’ (su tema más conocido inspirado en el cuento del mismo nombre); piezas caracterizadas por el denso y oscuro sonido de la banda (acompañada en ocasiones por una orquesta de 9 miembros), los duetos vocales de George & Dave (cantando al unísono o antagonizando al mejor estilo Gospel) y el dominio instrumental de Michaels que alternaba el órgano con piano, clavicordio, clarinete y flauta (incluso exhibe sus dotes vocales en el breve canto litúrgico en Latín ‘Gloria Patria’). El album vendió bastante bien en el circuito underground y tras una exitosa gira por la costa oeste la banda decide radicarse en 1968 en San Francisco donde se convierten en favoritos del público asíduo al Fillmore West y al Winterland Ballroom. Sin embargo Jerry McGeorge prefiere quedarse en Chicago y es remplazado por el estupendo bajista/cantante Jeffrey Boyan. En Verano de 1968 entran de nuevo los estudios y graban su segundo trabajo titulado H.P. Lovecraft II; a pesar de no quedar satisfechos con las sesiones (en su criterio les dieron poco tiempo para grabar) el album es un notable paso adelante, la presencia de Boyan les dá mayor solidez, los desarrollos instrumentales son más complejos y el sonido es puramente ácido, especialmente en las 4 piezas originales: ‘Blue Jack Of Diamonds’ (compuesta y cantada por Boyan), la progresiva ‘Electrollentando’, la catársis eléctrica de ‘At The Mountain Of Madness’ basada en una de las más espeluznantes novelas de Lovecraft y el Jazz bañado con LSD de ‘Mobius Trip’. De las versiones destacan la vibrante cover de ‘High Flying Bird’ y el recitado ‘Nothing´s Boy’ hecho por su propio autor el narrador de historias de misterio Ken Nordine. Lamentablemente el disco no vendió tan bien y a comienzos de 1969 la banda se desmorona tras la partida de David Michaels para retomar sus estudios musicales. En 1970 Edwards y el baterista Michael Tegza tratan de recomponer la agrupación, pero a las pocas semanas George se retira y Tegza sigue adelante con el nombre acortado a Lovecraft junto a miembros de Aorta y The Buckinghams, dos extintas bandas de Chicago; el album resultante Valleys Of The Moon, si bien bueno, no guardaba relación alguna con el clásico sonido HP Lovecraft. En 1975 Tegza hace un nuevo intento est vez bajo el nombre Love Craft dejando como legado el mediocre disco We Love You Whoever You Are. La presente edición del sello Collector’s Choice Music recoge todo el material de estudio de la formación original, es decir los 2 primeros albumes completos junto al single de George Edwards, con muy buen sonido y breves pero densas notas por Richie Unterberger de Allmusic. Para complementar el retrato artístico de esta gente incluí una antología de relatos e historias de Herbert Phillips Lovecraft (el escritor) recopiladas del ciberespacio pocos años atrás.



Categoría: 60's | Vistas: 1007 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 07-Ene-2011

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