A Quick One fue el segundo album de The Who, un disco importante pues finalizado el contrato que tenían con el productor Shel Talmy la banda se sintió más libre para expresarse en el estudio, experimentando con diferentes instrumentos y nuevos efectos, y si bien tiene algunos altibajos confirma los buenos augurios de su muy buen primer trabajo. Para empezar hay un solo cover, una buena versión de 'Heatwave' del repertorio de Tamla Motown, el resto es puro material original. El co-manager de la banda, Chris Stamp, había negociado un anticipo sobre derechos de autor de 500 Libras para cada músico (una cifra exorbitante entonces), lo que obligaba a cada uno de los Who a contribuir con almenos un tema. John Entwhistle debutó con 2 piezas que ya exponían su característico humor negro, la tétrica 'Boris The Spider' que se convertiría en uno de los clásicos de la banda, y la cínica 'Whiskey Man' en la que John mostraría su pasión por los instrumentos de viento, algo que pasaría a ser una constante en los sucesivos discos. Los aportes de Keith Moon son curiosos: 'I Need You' es una buena canción Pop e incluso Keith se atreve a cantarla; 'Cobwegs And Strange' es casi una broma con la banda marchando por el estudio mientras grababan (Keith tocando platillos, Pete el silbato, John la tuba y Roger el trombón) y rematando con un divertido dueto guitarra-batería. 'See My Way' de Roger Daltrey tiene una muy buena melodía y muestra sus dotes de compositor, faceta que por razones poco claras él nunca quiso explotar. Como es de suponer Pete Townsend declara su hegemonía como la principal fuerza creativa del cuarteto; de sus 4 excelentes temas el premio mayor se lo lleva 'A Quick One While He´s Away', una mini-opereta de 9 minutos dividida en 6 partes donde se narra una divertida historia de infidelidad y perdón que constituiría las bases para el futuro proyecto Tommy. Como todas las ediciones remasterizadas de The Who la cantidad de bonus tracks es abundante: 4 de los 5 temas del EP Ready Steady Who (entre ellos la estupenda psicodélica 'Disguises', uno de mis favoritos de la primera etapa del cuarteto), 3 caras B y 3 inéditos con mención especial a la fabulosa versión acústica de 'Happy Jack'. El sonido es muy bueno, aunque por un error en la selección de los masters se combinaron temas en mono y stereo, algo muy criticado por los fans y que se subsanó lanzando rápidamente la versión correcta 100% stereo, dejando a esta edición como una rareza para los coleccionistas de la banda. |
El primer disco de The Who (titulado My Generation en UK y The Who Sings My Generation en EUA) podría catalogarse como el típico producto Inglés de su tiempo: Rock furioso y vital, derivativo del Rhythm & Blues Americano con versiones de temas conocidos y alguna que otra incursión en la composición. Sin embargo este disco se pone por encima de los debuts típicos de entonces gracias al genio compositivo de Pete Townsend, superado sólo por el debut de The Beatles, sin olvidar el notable nivel de la banda en el plano interpretativo. En cuanto a las composiciones, 8 de los 12 temas del album original Inglés pertenecen a Pete y el otro está firmado colectivamente por el grupo; si bien algunos de estos temas propios se resienten de la influencia de sus ídolos ('Out In The Street', 'The Good´s Gone', 'La-La-La Lies') otros ya llevan el fermento de sus grandes clásicos, y me estoy refiriendo específicamente a 'My Generation', el más grande himno generacional de su tiempo, la canción que mejor encierra y expresa el germen de la rebeldía juvenil, la frustración, la incomprensión; un tema que desde una óptica diferente expresa lo que Bob Dylan nos quiso transmitir con 'The Times They Are A-Changin' referente a un nuevo orden dentro de la sociedad moderna. Sin embargo este mismo sentimiento está presente en otras piezas, quizá de forma menos grandiosa pero igual de reveladora, como en 'The Kids Are Alright', 'Circles' (tema presente sólo en la versión EUA del disco) y en el single (no incluído en el disco original pero sí en esta colección) 'Can´t Explain', por no dejar de lado la excelente 'A Legal Matter', cargada de un humor e ironía que sería la base para muchas de las mejores composiciones futuras de Townsend. En el plano interpretativo estamos ante una de las más grandes fuerzas musicales de su tiempo: John Entwistle y Keith Moon son, juntos y por separado, la sección rítmica más poderosa del Rock And Roll, siendo John el padre espiritual de todos los bajos solistas en el Rock y el segundo uno de los más increíbles bateristas que hayan existido. Pete sin ser un gran técnico de la guitarra sabía como manipular el feedback (siguiendo la escuela de su modelo, el gran Link Wray) para extraer de su instrumento los más desgarradores sonidos, al mismo tiempo que Jeff Beck y antes que Jimi Hendrix. Roger Daltrey obviamente no tocaba ningún instrumento salvo una ocasional armónica, pero eso no es impedimento cuando se tiene una de las mejores voces de la historia del Rock. Para resumir este punto, basta escuchar la orgía instrumental de 'The Ox' (con el acompañamiento de Nicky Hopkins al piano) para comprender de qué clase de banda estamos hablando. Como todas las ediciones de lujo del sello Universal no hay nada que reprocharle a este doble CD: sonido remasterizado, el album original expandido, 14 temas adicionales entre versiones diferentes y mezclas alternas y un espectacular libreto de 27 páginas, todo enfundado en un lujoso digipack. |
Para entender el real valor de esta colección de 4 CDs Thirty Years Of Maximum R&B dedicada a The Who es necesario analizarla en el contexto de su edición. La caja fue lanzada en 1994 con 95 temas, de los cuales 29 eran completamente inéditos lo que hizo de la misma una adición imprescindible a toda colección de The Who. Pero a partir de 1996 el grueso de esos 29 inéditos (23 piezas y 6 diálogos) terminó como bonus tracks en las ediciones remasterizadas del catálogo de la banda; la caja quedó relegada a un simple recopilatorio y con el tiempo pasó a ser considerada como una edición supérflua. No obstante pienso que esta colección tiene valor por varias razones: primero, la selección salvo pequeños detalles es excelente; segundo están todos los singles de la banda, la mayoría de los cuales no se incluyeron en los LPs originales, amén de otros temas que si bien estaban editados andaban desperdigados en diversas recopilaciones; tercero la mayoría del material de estudio fue remezclado para darle más frescura, un toque de actualidad pero sin sacrificar su esencia sonora sesentera; y cuarto… son ¡The Who!, ¿hace falta más explicación?. Otro aspecto positivo a mi juicio fue el no haber ahondado demasiado en Tommy y Quadrophenia, por ser obras que deben ser escuchadas en su propio contexto y no como parte de una recopilación. Por otro lado la mayoría de los críticos de esta caja coinciden en señalar que el cuarto disco posee varias lagunas que no le permiten cerrar con broche de oro: la inclusión de 1 sólo tema de cada uno de los discos post-Moon (Face Dances y It´s Hard) que mal que bien forman parte de la historia y a fin de cuentas no eran malos discos; las prescindibles e intrascendentes versiones en vivo de 'Twist & Shout' y 'I´m A Man', muy por debajo del clásico material que la banda ofrecía en sus conciertos (aquí sí que hubiesen quedado bien un par de temas en vivo con Kenny Jones en la batería); y la decisión de cerrar la colección con el tema que grabaron para el disco homenaje a Elton John Two Rooms ('Saturday Night´s Alright For Fighting'), en lugar de hacerlo con algo más representativo, como una versión inédita de cualquiera de sus clásicos inmortales. Sin embargo esta colección no deja de ser interesante para todo buen fan de The Who. El sonido es excelente en todo momento, cada CD tiene su propio artwork y el libreto de 72 páginas es sencillamente espectacular. Por cierto que, dado el enorme trabajo que significa escanear el libreto, sólo lo subiré a petición de los interesados. |
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Entre las muchas falsas creencias que existen alrededor del Rock está la que pinta al período previo a la llegada de Los Beatles como el mismísimo oscurantismo medieval. Si bien es cierto que el Rock & Roll pasaba por una etapa de transición y silencio, también lo es nunca faltaron bandas dispuestas a hacer buena música. Con la irrupción del surf surgieron legiones de agrupaciones que practicaban un tipo de Rock instrumental heredero de la música de los 50 con énfasis en las nuevas técnicas para la guitarra propagadas por Dick Dale, Link Wray y Duane Eddy. Pero incluso antes que ellos estaban The Fireballs, una banda de Nuevo México apadrinada por Norman Petty (mánager del gran Buddy Holly). Formados originalmente por Chuck Tharp (cantante), Stan Lark (bajo), Eric Budd (batería), Dan Trammell (guitarra rítmica) y el líder George Tomsco (guitara solista) tuvieron entre 1959 y 1964 un buena racha de hits en EUA y Gran Bretaña. En su primera etapa entraron 3 veces en el top 40 Norteamericano con los singles 'Torquay', (1959), 'Bulldog' (1960) y 'Quite a Party' (1961); alternaban temas vocales cantados por Tharp con piezas instrumentales, sin embargo fue gracias a éstas últimas que la agrupación entró en la leyenda del Rock & Roll. George Tomsco no pertenecía precisamente a la élite de los nuevos guitarristas antes citados, no obstante su estilo original, fluído y fresco lo convirtió en un punto de referencia entre las noveles bandas de Surf. En 1962 Tharp, Budd y Trammell dejan la formación, el primero fue sustituído por el cantante Jimmy Gilmer y el segundo por el baterista Doug Roberts; Trammell no fue remplazado y la banda continuó como cuarteto. Con Gilmer al frente The Fireballs se orientaron más hacia el lado vocal y en 1963 consiguen su mayor éxito con 'Sugar Shack' (N° 1 y uno de los singles más vendidos aquel año en EUA). En 1964 pasaron a llamarse Jimmy Gilmer & The Fireballs y alcanzaron el N° 15 a nivel nacional con 'Daisy Petal Pickin' pero el agotamiento de la fórmula de estos grupos y la llegada de los Ingleses hizo que la estrella del cuarteto se apagara poco a poco. Desvinculados de Norman Petty The Fireballs firmaron un nuevo contrato con Dot Records y tras una serie de oscuros singles lograron su último éxito con 'Bottle Of Wine' en 1968 (N° 9) separándose en 1969. Con el renacer del interés por el Rock instrumental de los 60 George Tomsco, Stan Lark y Chuck Tharp volvieron a presentarse como The Fireballs y se mantuvieron esporádicamente activos hasta la muerte de Chuck en 2006. Esta recopilación The Best Of The Fireballs del sello Británico Ace (especialistas en música de los 50 y principios de los 60) condensa lo mejor de su estilo instrumental durante el mecenazgo de Petty, aunque también incluye 2 de los temas vocales que grabaron en esos primeros años. Las ediciones de Ace no son remasterizadas sino transferidas digitalmente directamente de las masters tapes, no obstante ofrecen un sonido estupendo con perfecto balance entre el material en mono y en stereo. |
Antes de Keith Moon, Mitch Mitchell, John Bonham, Bill Bruford y Neil Peart, ya existía Sandy Nelson. Nacido en Santa Mónica (California) y muy solicitado músico de sesiones desde finales de los 50, Nelson fué el primer baterista de Rock en tener prestigio y éxito como solista. Su técnica perfecta y limpia heredada del gran Gene Krupa influyó directamente en el Surf y el Rock instrumental de los primeros 60, y escuchando este excelente Twoffer -2 LPs en 1 CD- del sello Collectables (que recoge sus 2 discos más célebres editados en 1962) es fácil rastrear su rango de influencia hasta muchas futuras leyendas de las baquetas. El material incluido en ambos discos cubre un amplio abanico temático: Jazz, Swing, Rock & Roll, Rhythm & Blues, Surf… algunas canciones pueden sonar insustanciales para los oídos actuales pero en la mayoría Nelson nos muestra su ingenio como músico: sus ejecuciones a la batería ván más allá del exhibicionismo dejando al descubierto canciones muy bien estructuradas ('Big Noise From Winnetka'); en 'Let There Be Drums' traza un patrón que será imitado por muchas bandas instrumentales en la primera mitad de los 60; en la sorprendente 'Bouncy' juega con ciertos ritmos Funky que no se escucharían sino hasta algunos años después; 'Birth Of The Beat' es una pieza conceptual donde Sandy recrea en sólo 3 minutos la evolución de su instrumento a lo largo de los años; 'Quite A Beat' tiene una lejano aire a Bluebeat (el ritmo antecesor al Ska y el Reggae) que me hace pensar si Sandy no lo habrá escuchado en algunas vacaciones por Jamaica; 'Day Drumming' es un solo de batería sin pretensiones pero que deja claro la estatura del personaje… y así hasta completar 25 temas. Lamentablemente no todo fueron rosas para Sandy quien en 1963 sufrió un aparatoso accidente de motocicleta que lo mantuvo hospitalizado por 6 meses y concluyó con la amputación de parte de su pierna derecha. Este hecho que quizá hubiese significado el fin de la carrera de otros no amilanó a Nelson quien aprendió a tocar el bombo con el pie izquierdo y siguió tocando y grabando, y es por esto que el hombre goza de gran respeto y admiración entre colegas, fans y críticos. El CD incluye como bonus track el tema 'Teen Beat ´65', es la regrabación de su éxito 'Teen Beat' de 1962 y en el se puede apreciar su forma de tocar tras el lamentable accidente. Este disco se lo dedico con mucho cariño a mi amiga baterista Patricia de Montevideo, Uruguay… que lo disfrutes Patty!. |
Al igual que otros artistas negros de su generación Marvin Gaye poseía a finales de los 60 una auténtica fórmula ganadora: excelente voz, calidad interpretativa, reputación (buena y mala), carisma escénico y personal que atraía por igual a hombres o mujeres de todas las razas y edades, y por supuesto el respaldo artístico de una de las mejores "fábricas” de hacer música (en el mejor sentido del término) como lo era Tamla Motown, dirigida por Berry Gordy Jr. quien de paso era su cuñado (Marvin estaba casado entonces con Anna Gordy). Sin embargo un hombre con su sensibilidad artística estaba hecho para alcanzar cotas aún más altas, para inscribir su nombre en la historia de la música, y esto Marvin Gaye lo logró cuando a mediados de 1971 lanzó el disco que a la postre se conviritió en el "clásico” del Soul y en una de las mejores obras de todos los tiempos: What´s Going On. No obstante este disco fue el resultado de una serie de acontecimientos extra musicales que llevaron a Marvin Gaye a cambiar su percepción de sí mismo (como artista y como persona) y del mundo que lo rodeaba. Para empezar Marvin era una persona compleja y atormentada marcada por la nefasta influencia de su severo padre. Llevaba un estilo de vida superficial y hedonista gracias a los excesos de la fama (alcohol, drogas) y sus aires de playboy. A pesar de su prestigio no era realmente un gran vendedor de discos; sus mayores éxitos comerciales los obtuvo en duetos con cantantes femeninas, en especial con la maravillosa y siempre recordada Tammy Terrell, una dupla ciertamente estupenda pero en la que su capacidad de expresión estaba diluída en un 50%. La muerte de Tammy en 1970 por un tumor cerebral lo afectó profundamente y anunció su retiro de la música para dedicarse a jugar Football Americano con los Detroit Lions (!), sueño que nunca llegó a concretar. Durante ese tiempo, las cartas que recibía de su hermano Frankie desde Vietnam contándole los horrores de la guerra y los cambios en la sociedad negra Norteamericana que evolucionaba hacia un papel más protagónico y activo despertaron su conciencia humana y social hacia una variedad de temas (la dura vida en los barrios negros, la niñez abandonada, la delincuencia, la corrupción política, las drogas, la guerra) y lo condujeron a un nuevo estado de madurez espiritual reflejado en un soberbio ciclo de canciones (co-escritas con otros autores) que tocaban todos los puntos antes citados. Temática aparte, el disco es de una gran brillantez, con The Funk Brothers (la banda de grabaciones de la Motown) al tope de su capacidad, la sección de cuerdas y metales de la Orquesta Sinfónica de Detroit y numerosas ayudas vocales, Marvin Gaye deja el alma en piezas destinadas a la posteridad como ‘What´s Going On’, ‘What´s Happening Brother’, ‘Flying High’, ‘God Is Love’ o ‘Inner City Blues’. El sonido es de una gran sofisticación pero sin perder calidez ni vitalidad merced de un soberbio tapete rítmico de matriz Jazzística. Obviamente una obra rompedora como esta no fue precisamente bien recibida por Motown, aferrados aún al estereotipo de Marvin Gaye como artista de singles, incluso la primera vez que Berry Gordy escuchó el tema homónimo dijo que era la cosa más horrible que había oído en su vida; afortunadamente la calurosa recepción del público y las unánimes críticas de la prensa (Rolling Stone lo declaró album del año en 1971) empujaron el disco hacia lo más alto de los charts convirtiéndolo en su disco más vendido y en una auténtica obra maestra no solo del Soul sino de la música Pop en general. El disco fue grabado y mezclado en los United Sound Studios de Detroit, sin embargo durante una sucesiva estadía en Los Angeles para filmar una película Marvin pidió que le enviaran las cintas y las remezcló; esta Deluxe Edition incluye ambas: la editada oficialmente (Hollywood Mix) más etérea y envolvente, y la original (Detroit Mix) más clara y rítmica. Esta estupenda colección se completa con un recital de Marvin en el Kennedy Center de Washington DC en 1972 (su primera aparición pública desde la muerte de Tammi Terrell) donde ejecutó casi la totalidad del album, el single original ‘What´s Going On/God Is Love’, una b-side inédita (‘Sad Tomorrows’), una versión preliminar de la futura ‘Distant Lover’ y el backing track del tema que dá titulo al disco.
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En 1971 The God(father) of Soul aka James Brown creó el sello independiente People Records dedicado principalmente a divulgar la música de sus protegidos entre quienes se encontraban su propia banda The JB’s y algunos de sus nuevos descubrimientos. James Brown's Funky People es el primero de una colección de 3 que recogen varios de los lanzamientos de People Records durante su existencia (1971-1976), la mayoría de los cuales fueron singles no incluídos en LP’s o sólo en LP’s colectivos, todo un arcón de los tesoros donde generaciones de "Funkers" meterían las manos dichosos, desde la Average White Band hasta Prince pasando por Rick James y trazando una larga y fina línea que llega hasta el Hip-Hop, el Acid-Jazz y sus derivados. Este primer volumen recoge temas de 4 artistas: The JB’s, el trombonista de estos Fred Wesley, el saxofonista Maceo Parker junto a su banda The Macks y la cantante Lyn Collins (prima de "Bootsy” Collins) apodada "The Female Preacher". Mucha gente me reprocha el estar atado a los esquemas musicales del pasado, puede que sea cierto, pero es que al escuchar esta música resulta inevitable hacer comparaciones odiosas: los bajos de ahora, por ejemplo, retumban gracias a la potente amplificación de los equipos pero no tienen profundidad; los instrumentos de viento suenan demasiado pulcros y previsibles, ya no marcan pautas solistas ni vuelan en imprevistas jams; la tensión rítmica que te hace mover los pies inconscientemente ha sido suplantada por impersonales y maquinales beats, y en cuanto a cantantes… esas modelitos de pasarela que se hacen llamar divas del Soul no podrían ni lavarle las tangas a la excitante Lyn Collins, por no hablar de los "Soulmen" de hoy en día más preocupados en no sudar excesivamente para no mojar sus ropitas de Armani… el Soul que se hace hoy en día me es indiferente, en especial mientras existan fabulosas cápsulas del tiempo como éstas, 13 temas que suenan magníficos, potentes, densos y excitantes, marcados por ese trance entre lo sensual y lo hipnótico que caracterizan al buen Funk que y que para nada suenan desfasados. Y mientras consigo los otros 2 volúmenes, aquí tienen por donde comenzar. |
Editado en 1992 y proveniente del inmenso baúl de históricos recitales que han visto la luz en la últimas décadas, Love Power Peace es la única grabación oficial disponible de James Brown con esta legendaria formación de los JB’s, su banda personal. Grabado en el prestigioso Teatro L’Olympia de París durante la gira Europea de James Brown en 1971, este CD documenta uno de los períodos más intensos en la carrera del Padrino del Soul: promocionando su album Sex Machine, obra crucial en la redefinición de las coordenadas del Soul que conducirían a la explosión del Funk en los años 70, con una banda formidable en la que no se puede pasar por alto la presencia de "Bootsy" Collins, uno de los músicos clave en la evolución del bajo en el R&B . Sónicamente la banda era de una brillantez extraordinaria con 2 guitarras (Phelps "Catfish" Collins & Hearlon "Cheese" Martin) efrascados en toda clase de variantes, una efectiva sección de metales (el fiel Fred Wesley al trombón, Darryl "Hasaan" Jamison & Clayton "Chicken" Gunnels a las trompetas y St. Clair Pinkney al sax tenor) y dos bateristas ( John "Jabo" Starks & Don Juan "Tiger" Martin) cuya función era la de mantener latente el "groove" y desdoblarse en constantes cambios de ritmo, todos ellos respaldando a un James Brown en total estado de gracia, cantando inspiradamente y desplegando todo su repertorio escénico con el apoyo del MC Bobby Bird (quien también se encarga del órgano y las segundas voces). Lamentablemente la grabación no es todo lo perfecta que podría esperarse, el sonido es muy bueno pero la mezcla suena algo desbalanceada, con las voces ligeramente en segundo plano respecto a la música. Además en algunas de las baladas se oyen unos arreglos de cuerda que a mí me suenan pregrabados (hasta donde sé James Brown ya había prescindido entonces de la sección de violines que tantas veces utilizó entre mediados y finales de los sesenta) y que rompen un poco con el frenesí de los temas más rítmicos. No obstante estos detalles no le quitan mérito a este histórico registro, con vibrantes versiones de 'Ain´t It Funky Now', 'Super Bad' o una apoteósica 'Sex Machine' llenas de nuevas soluciones instrumentales, además de frescas revisiones de antiguos clásicos como 'Bewildered', 'Try Me' o 'It´s A Man´s Man´s Man´s World'. un disco imprescindible para todos los seguidores de James Brown y del Funk en general. |
Después del éxito con el anterior Live At The Apollo, presentarse en el legendario teatro se convirtió para James Brown una costumbre y una necesidad. Entre 1962 y 1967 el padrino del Soul se subió unas 200 veces al escenario del Harlem y durante todo ese tiempo el público fue testigo de su lenta pero firme evolución hacia la consolidación artística y comercial. Al igual que en 1962 cuando grabó por primera vez en el Apollo, el James Brown de 1967 buscaba reinventarse a sí mismo; el Rhythm & Blues estaba cambiando y él sentía la necesidad de ponerse a la vanguardia de esos cambios, y siendo sus espectaculares recitales su punto fuerte el momento era más que propicio para un nuevo album en vivo desde el mismo escenario que lo lanzó al estrellato. Fue así como en Junio de 1967 JB anunció una intensa serie de 10 presentaciones en el Apollo entre los días 16 y 25 a razón de 4 espectáculos diarios, y además la grabación del show de medianoche del día 24 para su posterior lanzamiento. Sus conciertos de entonces estaban muy bien calculados, con temas dirigidos al sector más conservador de su público (James Brown se había convertido en una estrella internacional y sus apariciones en escenarios selectos comenzaron a ser frecuentes); los interludios para sus cambios de vestuario eran cubiertos por la banda acompañada por las JB’s Dancers o por el MC Bobby Byrd cantando clásicos del Soul, todo en preparación del momento estelar. La presente colección (lanzada originalmente en 1968 como un doble LP) es el documento de lo antes expuesto. El primer set es más calmado e incluso convencional, con un James Brown elegantemente enfundado en un traje beige cantando algunos standards (‘I Wanna Be Around’ y ‘That´s Life’ acompañado por una sección de violines) alcanzando sus puntos más altos en su viejo hit ‘Think’ (a dúo con Marva Whitney) y una soberbia ‘It´s A Man´s Man´s Man´s World’ de 19 minutos donde la intensidad no cala ni un sólo segundo. Pero es en el segundo set donde James descarga todo su potencial cantando fenomenalmente, estableciendo un puente de comunicación directa con su público e incluso haciendo breves incursiones al órgano y la batería; su banda es de una gran brillantez, con los guitarristas Jimmy Nolen y Alfonzo Kellum intercambiando constantemente sus roles, con 2 bateristas (Clyde Stubblefield y Jabo Starks) y un percusionista (Ronald Selico) tejiendo una impecable base rítmica y la sección de vientos marcando puntuales contrastes con la sección rítmica, donde destaca el estupendo saxo de Maceo Parker. Temas como ‘Bring It Up’, ‘There Was A Time’, ‘I Feel All Right’ y el hit ‘Cold Sweat’ gozan de un tratamiento libre lleno de poliritmos y acentos Jazzísticos abriendo las puertas de par en par para la fundación del Funk; no obstante JB no pierde ocasión para repasar sus raíces Blues/Gospel en la balada ‘Prisoner Of Love’. Lamentablemente fallas técnicas con las cintas hizo que algunos momentos gloriosos no quedaran registrados, lo cual se subsanó parcialmente con la grabación del siguiente día. Para el doble album de 1968 la mayoría de las piezas sufrieron sustanciales recortes. Esta estupenda Deluxe Edition del sello Universal rescata casi totalmente lo que fue el setlist de entonces, llevando todas las piezas a su duración original y recuperando la acelerada interpretación del clásico ‘Please Please Please’, además de la versión de ‘Sweet Soul Music’ cantada por Bobby Bird. En años posteriores James Brown grabaría 2 veces más en el Apollo, mas este disco y el anterior en vivo quedarían para la posteridad como 2 de los más grandes puntos de cambio en la evolución del R&B. |
Como album en vivo James Brown Live At The Apollo es uno de los grandes sucesos en la historia de la música popular. A comienzos de los 60 James Brown se había labrado una pequeña fama por sus espectaculares y vibrantes recitales y algunos hits en el mercado de la música negra, pero a nivel nacional seguía siendo un desconocido. Resuelto a cambiar la situación Brown decidió hacer 5 recitales en New York (como parte de la gira nacional de 1962) en el legendario Teatro Apollo del Harlem, el templo de la música negra, y grabar el show del 24 de Octubre con miras a un album en vivo. Era una jugada arriesgada, primero porque el público del Apollo era tremendamente exigente, un público capaz de disparar la carrera de un artista con su aprobación, o bien hundirla con su desaprobación. Por otro lado los albumes en vivo no estaban muy bien vistos por las discográficas: todo tenía que hacerse en una sola toma (con el consiguiente riesgo de perder el trabajo si la performance no era buena) además que comercialmente resultaban poco rentables entonces. A regañadientes el director de King´s Records, Syd Nathan, aceptó prensar 5.000 copias del disco, de las cuales solo 500 fueron en stereo, y con aplausos adicionales agregados en la sesión de mezcla. El album fue lanzado en Mayo de 1963 y sorpresivamente comenzó a agotarse en las tiendas. En parte el público de color aún mantenía fresca en sus mentes la magia de aquellos recitales, pero fue el DJ Rocky G de la influyente emisora Neoyorkina WWRL quien le dió el impulso definitivo. Una noche Rocky programó todo el album de principio a fin, la central telefónica de la emisora se inundó de llamadas solicitando diariamente repetir el disco; en las siguientes semanas otras emisoras de New York y ciudades cercanas comenzaron a imitarlo y contra todo pronóstico Live At The Apollo se instaló en el puesto N° 2 de los charts nacionales, algo inédito para un album en vivo y que sacó a James Brown del ghetto artístico, proyectándolo como una de las grandes fenómenos de la música de entonces y uno de los motores en la difusión del Soul y su posterior conversión en Funk. El disco capta vívidamente lo que era un recital del padrino del Soul, desplegando su fenomenales dotes de intérprete y showman respaldado por una excelente y bien acoplada banda que ponía los pelos de punta. El repertorio repasa sus hits del momento, temas que traspasaron el Atlántico y fueron adoptados por cientos de bandas jóvenes en Inglaterra y el resto de Europa (‘I´ll Go Crazy’, ‘Try Me’, ‘Think’, ‘I Don´t Mind’, ‘Night Train’), por no hablar de ‘I Lost Someone’, una intensa balada de 10 minutos donde la tensión y el desesperado canto de James alcanza un clímax casi sexual. Por cierto que este recital pasó también a la posteridad gracias a una de las más divertidas anecdotas en la historia de la música Pop: una ancianita de 70 años se instaló en las primeras filas y no dejaba de gritarle a James Brown "¡canta hijo de puta, canta!", el padrino trató de ignorarla pero entró en pánico cuando a la mitad de 'I Lost Someone' la gente comenzó a reírse; cuando en el interludio escucharon la grabación músicos y técnicos comenzaron a reír a carcajadas ante la desesperación de JB, hasta que un representante de la disquera ubicó la dama y le dió 10 Dólares (además de comprarle golosinas) para que se cambiara hacia el fondo del teatro... la viejecita siguió gritando toda la noche pero ya sin estorbar la grabación (según leí James Brown tuvo que repetir 'I Lost Someone' en el segundo set pues en la anterior los gritos de la Señora y las risas del público eran demasiado evidentes). La presente edición fue remasterizada en 2004 a partir de la cinta maestra en stereo que se creía destruída y encontrada por accidente, sin los overdubs agregados al vinilo original. Como bonus tracks se incluyen versiones para single de 4 temas y que solo son de interés para coleccionistas. |
El presente DVD Tina Live! recoge el concierto completo ofrecido por Tina Turner en Arnhem (Holanda) como parte de la gira mundial 2008-2009 conmemorativa de sus 50 años como artista. Tina es una de las más grandes leyendas femeninas no sólo del Rhythm & Blues sino de la música popular de la post guerra, poseedora de una fenomenal voz, desbordante calidad interpretativa y una fuerza inagotable. En los 60 el dúo Ike & Tina Turner fue una de las grandes sensaciones de la música negra Americana, no vendieron grandes cantidades de discos pero sus excitantes conciertos (y los escándalos de su vida privada por la violencia doméstica de Ike) hicieron historia. Tina literalmente hipnotizaba a la audiencia con su vibrante voz, su enorme atractivo sexual y dominio escénico, practicando electrizantes pasos de baile con The Ikettes (3 chicas que la acompañaban en las coreografías y los coros) y respaldada por la magnífica guitarra de Ike (uno de los padres indiscutibles del Rock & Roll, aunque su papel en la historia no esté justamente reconocido). Su discografía está llena de hitos memorables entre los cuales destaca sobremanera la maravillosa 'River Deep Mountain, High' producida por Phil Spector y que en mi humilde opinión es una de las mejores canciones de todos los tiempos. Tras su divorcio a finales de los 70 su carrera parecía acabada pero en la década siguiente experimentó un espectacular y merecido resurgir con el album Private Dancer que terminó de consagrarla artística y comercialmente, y le hizo ganar una nueva generación del fans. Volviendo al DVD en cuestión, se trata de una actuación espléndida con una colorida puesta en escena y una fenomenal banda donde brillan un par de viejos zorros del Rock en los 70, los guitarristas Laurie Wisefield (ex Wishbone Ash) y John Miles (quien tuvo una meritoria pero poco valorada carrera). El repertorio es impecable, un repaso a toda su carrera donde brillan la citada 'River Deep, Mountain High' en una emocionante versión, 'Acid Queen' (el tema que grabó para la versión cinematográfica de Tommy de The Who en 1974), las infaltables piezas de Los Stones ('Jumpin´ Jack Flash' & 'It´s Only Rock'n'Roll', esta última a dueto con la espectacular Lisa Fisher), 'Proud Mary' (la cual prácticamente ha pasado a ser una pieza suya), sus hits ochenteros (que sinceramente no desmerecen junto a sus clásicos de décadas anteriores) y dos sorpresivas versiones de 'Help!' de Los Beatles (casi casi la guinda del pastel) y Let´s Stay Together' del legendario Al Green. Pero lo más impresionante es el estado físico de esta mujer a sus casi 70 años, ya no baila frenéticamente como antes pero ya quisieran muchas de estas niñitas Pop de moda moverse con la clase y el sex appeal de Mrs. Turner quien de paso sigue mostrando una silueta envidiable (y las piernas más bellas del Rock, como se la catalogó hace años). La colección trae como bonus un CD con un resumen del recital pero para no ofrecer las cosas a medias extraje el audio del DVD y lo codifiqué en Flac. Que lo disfruten... |