Como album en vivo James Brown Live At The Apollo es uno de los grandes sucesos en la historia de la música popular. A comienzos de los 60 James Brown se había labrado una pequeña fama por sus espectaculares y vibrantes recitales y algunos hits en el mercado de la música negra, pero a nivel nacional seguía siendo un desconocido. Resuelto a cambiar la situación Brown decidió hacer 5 recitales en New York (como parte de la gira nacional de 1962) en el legendario Teatro Apollo del Harlem, el templo de la música negra, y grabar el show del 24 de Octubre con miras a un album en vivo. Era una jugada arriesgada, primero porque el público del Apollo era tremendamente exigente, un público capaz de disparar la carrera de un artista con su aprobación, o bien hundirla con su desaprobación. Por otro lado los albumes en vivo no estaban muy bien vistos por las discográficas: todo tenía que hacerse en una sola toma (con el consiguiente riesgo de perder el trabajo si la performance no era buena) además que comercialmente resultaban poco rentables entonces. A regañadientes el director de King´s Records, Syd Nathan, aceptó prensar 5.000 copias del disco, de las cuales solo 500 fueron en stereo, y con aplausos adicionales agregados en la sesión de mezcla. El album fue lanzado en Mayo de 1963 y sorpresivamente comenzó a agotarse en las tiendas. En parte el público de color aún mantenía fresca en sus mentes la magia de aquellos recitales, pero fue el DJ Rocky G de la influyente emisora Neoyorkina WWRL quien le dió el impulso definitivo. Una noche Rocky programó todo el album de principio a fin, la central telefónica de la emisora se inundó de llamadas solicitando diariamente repetir el disco; en las siguientes semanas otras emisoras de New York y ciudades cercanas comenzaron a imitarlo y contra todo pronóstico Live At The Apollo se instaló en el puesto N° 2 de los charts nacionales, algo inédito para un album en vivo y que sacó a James Brown del ghetto artístico, proyectándolo como una de las grandes fenómenos de la música de entonces y uno de los motores en la difusión del Soul y su posterior conversión en Funk. El disco capta vívidamente lo que era un recital del padrino del Soul, desplegando su fenomenales dotes de intérprete y showman respaldado por una excelente y bien acoplada banda que ponía los pelos de punta. El repertorio repasa sus hits del momento, temas que traspasaron el Atlántico y fueron adoptados por cientos de bandas jóvenes en Inglaterra y el resto de Europa (‘I´ll Go Crazy’, ‘Try Me’, ‘Think’, ‘I Don´t Mind’, ‘Night Train’), por no hablar de ‘I Lost Someone’, una intensa balada de 10 minutos donde la tensión y el desesperado canto de James alcanza un clímax casi sexual. Por cierto que este recital pasó también a la posteridad gracias a una de las más divertidas anecdotas en la historia de la música Pop: una ancianita de 70 años se instaló en las primeras filas y no dejaba de gritarle a James Brown "¡canta hijo de puta, canta!", el padrino trató de ignorarla pero entró en pánico cuando a la mitad de 'I Lost Someone' la gente comenzó a reírse; cuando en el interludio escucharon la grabación músicos y técnicos comenzaron a reír a carcajadas ante la desesperación de JB, hasta que un representante de la disquera ubicó la dama y le dió 10 Dólares (además de comprarle golosinas) para que se cambiara hacia el fondo del teatro... la viejecita siguió gritando toda la noche pero ya sin estorbar la grabación (según leí James Brown tuvo que repetir 'I Lost Someone' en el segundo set pues en la anterior los gritos de la Señora y las risas del público eran demasiado evidentes). La presente edición fue remasterizada en 2004 a partir de la cinta maestra en stereo que se creía destruída y encontrada por accidente, sin los overdubs agregados al vinilo original. Como bonus tracks se incluyen versiones para single de 4 temas y que solo son de interés para coleccionistas.