A muchos quizá les extrañe la publicación de esta suite sinfónica en el blog, pero tuve 3 razones para hacerlo: primera porque es sin discusión alguna una de las obras más maravillosas en la historia de la música; segunda por ser uno de mis piezas musicales favoritas; y tercera por tener varias conexiones con el Rock que explicaré más adelante. The Planets fue compuesta entre 1914 y 1916 por el músico Inglés Gustav Holst (1874-1934), se estrenó de forma semi-privada en 1918 en la ciudad de Birmingham y vió su estreno público en el Queen’s Hall de Londres pocos meses después. Holst fue un profesor de música del St. Paul’s Girls’ School de Dulwich con una poco reconocida pero prolífica obra formada por óperas, ballets, piezas corales y canciones tradicionales. Fue el primer músico Occidental en interesarse por el espiritualismo Hindú, esto lo llevó a aficionarse primero a la astrología y de allí a la cosmología, y su fascinación por el sistema solar lo inspiró a componer la que sería su obra más conocida, una suite en 7 movimientos que describían en música y desde el punto de vista mitológico a cada uno de los 7 planetas conocidos entonces (salvo por La Tierra). Como todas las piezas musicales que de una forma u otra han roto esquemas, The Planets fue calando poco a poco en el gusto popular hasta convertirse en una de las obras orquestales más hermosas, emotivas y brillantes de la música contemporánea y un reto para todo director dado que fue concebida para una orquesta con una cantidad de instrumentos mucho mayor a la habitual. ‘Mars: The Bringer Of War’ es el primer movimiento y una de esas piezas que todos hemos oído alguna vez sin conocer su nombre; siendo Marte el Dios de la guerra la pieza tiene un andar marcial y una atmósfera intensa llena de tensión que vá creciendo paulatinamente hasta alcanzar un clímax similar al choque en una batalla final. ‘Venus: The Bringer Of Peace’ es en contraposición al anterior un movimiento de una belleza apacible y serena con un final lleno de hermosa calma y magia. ‘Mercury: The Winged Messenger’ está dedicado a Mercurio, el mensajero alado de los Dioses, y para lograr el efecto adecuado Holst eliminó los instrumentos más pesados de la orquesta para darle al movimiento ese aire de "ligereza alada”. Para ‘Jupiter: The Bringer Of Jollity’ Holst imaginó a Júpiter (el más grande de los planetas) como un bonachón y voluminoso personaje de pesado andar y afecto a los grandes placeres y es por ello que el movimiento rezuma de una gran y "pesada” jovialidad. Saturno es el más viejo de los planetas, por tanto ‘Saturn: The Bringer Of The Old Age’ describe el choque o la lucha interna de quien que se debate entre el final de la juventud y el inicio de la vejez con una sucesión de fuertes y contrastantes imágenes. ‘Uranus: The Magician’ tiene una estructura casi farsesca que simboliza las épicas y poco edificantes andanzas del Dios Urano. La suite concluye con ‘Neptune: The Mystic’; como Neptuno fue el último planeta descubierto para la época y era poco lo que se sabía de el este movimiento está envuelto en una atmósfera de "imprecisión” y de "viaje hacia lo desconocido” realzada por un etéreo coro femenino que casi imperceptiblemente se une a la música y se disuelve en un misterioso final como perdiéndose en la inmensidad del cosmos. The Planets es una obra que ha perdurado admirablemente en el tiempo y por alguna curiosa razón ha servido de inspiración a muchos músicos de Rock, especialmente por lo que se refiere al primer movimiento. La formación original de King Crimson, por ejemplo, tenía una adaptación de Mars en su repertorio que puede ser escuchada en la caja Frame By Frame y otras colecciones con material en vivo de la banda; la obsesión de Robert Fripp por esta pieza lo llevó a plagiarla nota por nota en el tema ‘The Devil´s Triangle’ del album In The Wake Of Poseidon. En la giras de Led Zeppelin de 1969 Jimmy Page incluyó el motivo de Mars como parte del tema ‘How Many More Times’. Una readaptación de la melodía de Mars se encuentra en la introducción de ‘White Room’ de Cream (Wheels Of Fire 1968) y en la de ‘Eyes Of The World’ de Rainbow (Down To Earth 1979). Por no hablar de la versión de Mars que cierra el único album de Emerson, Lake & Powell de 1987. En cuanto a los demás movimientos, Frank Zappa & The Mothers Of The Invention usaron el motivo de Júpiter en la pieza 'The Invocation and Ritual Dance of the Young Pumpkin' del album Absolutely Free (1966), mientras que Manfred Mann’s Earth Band incluyó en su album Solar Fire (1973) una relaboración de Júpiter titulada ‘Joybringer’ y una medley compuesta por Mercury y Saturn. En 1985 Rick Wakeman hizo una versión reducida de toda la suite; sé que la tocó en vivo pero ignoro si llegó a editarla. En el Jazz el gran John Coltrane se inspiró en el concepto de Holst para una suite dedicada al cosmos; el proyecto se truncó con la muerte del saxofonista en 1967 y parte de ese material apareció en 1974 en el disco póstumo Interstellar Space. Y estos son sólo algunos de los muchos ejemplos existentes. Mi admiración por esta obra me ha llevado a coleccionar unas cuantas versiones, dos son a mi juicio las mejores: una ejecutada por la London Philarmonic Orchestra y esta por la Orchestre Symphonique de Montréal editada por Decca en 1987 y con sonido fabuloso. Espero se animen a escucharla y que la disfruten.
Categoría:
80's
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Vistas:
1329
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Agregado por:
Aldoux
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Fecha:
30-Oct-2010
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