The Arrows guiados por el guitarrista Davie Allan fueron una de las tantas bandas de Rock instrumental surgidas en EUA a comienzos de los 60, pero a diferencia de otras el estancamiento del género no marcó su final sino el verdadero comienzo de su carrera. En 1965 graban una versión de ‘Apache’, el clásico de The Shadows, rebautizado como ‘Apache ´65′. El tema fue un hit menor pero puso de manifiesto el poco convencional estilo de Davie Allan quien no sólo usaba una guitarra de doble mástil sino que llevaba el fuzz, trémolo y vibrato hasta el exceso, pero con una gran inventiva que lo convirtió en uno de los guitarristas más elocuentes de su tiempo. Ese mismo año conocen a un productor llamado Mike Curb que los contrata de inmediato. Curb era un visionario que sostenía que había espacio para la música Rock en el cine, y fue así como The Arrows grabaron decenas de temas que fueron a parar a las bandas sonoras de las películas de serie B producidas por Curb; uno de esos temas fue ‘Blues Theme’ (perteneciente al film Wild Angels protagonizado por Peter Fonda y Nancy Sinatra) que entró al top 40 en 1967 convirtiendo a Davie Allan & The Arrows en pequeñas celebridades. Pero los vientos de cambio traídos por el hippismo y la psicodelia junto a una nueva generación de guitarristas (Jimi Hendrix, Jeff Beck, Pete Townsend) inspiró a Allan a actualizar su sonido y con una formación remozada de The Arrows (Drew Bennet al bajo y co-autor de los temas, Wayne Allwine a la guitarra rítmica y Don Manning a la batería) Davie graba este Cycle-Delic Sounds (su tercer disco, bandas sonoras aparte) que podríamos definir como un puente entre el Surf Rock de sus inicios y los nuevos sonidos Psych/Garage más ácidos. Armado de varios pedales wah-wah y otros efectos, las nuevas canciones de Allan eran toda una orgía guitarrística repletas de distorsiones y feedback. ‘Cycle Delic’, el largo tema que abre el disco, es la mejor demostración de todo lo expuesto: un asalto eléctrico a los sentidos tan fascinante como excesivo, con la guitarra enfrascada en un agónico trip que te deja emocionalmente exausto. El resto del disco se mueve entre las mismas coordenadas pero son piezas más cortas, mejor condensadas y estilísticamente más variadas, con esa atmósfera incidental que delata su papel de soporte a las imágenes pero altamente sugestivas. Después de escuchar este disco no es difícil deducir dónde le viene a Neil Young ese gusto por los largos solos llenos de distorsión, en especial si tenemos en cuenta las conexiones Shadows/Young (Neil fue gran fan de The Shadows en su adolescencia) & Arrows/Shadows (la citada cover de ‘Apache’). Lamentablemente tras este disco Curb abandonó la producción de películas para encargarse de la carrera de The Osmonds (¡uagh!) y obviamente rompió con Allan & The Arrows, no obstante la banda seguiría grabando para otras disqueras pero ya sin el relieve que tuvieron en los 60, y aunque parezca mentira aún siguen activos en este nuevo milenio. La presente es la edición remasterizada y lanzada en 2005 por el sello Sundazed; contiene 3 bonus tracks de los cuales 2 son temas cantados que no hubiesen desentonado en el album original a pesar de su perfil instrumental.