Para entender la razón de ser de Who’s Next como quinto album en estudio de The Who es necesario remitirse a sus raíces en Lifehouse, la fallida opera-rock concebida por Pete Townshend como sucesora de Tommy. El enorme éxito artístico y comercial de esta última levantó inevitablemente las voces de quienes se preguntaban si el cuarteto de Shepherd’s Bush podría alguna vez superar su propia marca; Pete Townshend estaba convencido que sí y tras varias demo-sessions realizadas entre finales de 1970 y principios de 1971 en su estudio casero (y en el de John Entwhistle) anunció la preparación de Lifehouse (previamente titulado Bobby pero Pete lo cambió para evitar las odiosas comparaciones con su predecesor). Pero superar a Tommy implicaba ir más allá en todos los aspectos y Townshend proyectó Lifehouse como un ambicioso esfuerzo multimedia formado por una película, un doble album en estudio y un espectáculo en vivo que trataba en líneas generales una historia de ciencia ficción ambientada en una sociedad futurista muy en deuda con la novela Brave New World (Un Mundo Feliz) de mi mentor Aldous Huxley. En ese mundo frío y ascéptico la gente era manipulada subliminalmente por un sistema totalitario que difundía una falsa sensación de felicidad y libertad; la música Rock estaba prohibida y las únicas diversiones eran suministradas bajo lo que hoy en día llamaríamos realidad virtual. En ese entorno uno de los personajes clave de la obra llamado Bobby descubre el poder liberador que el Rock & Roll tenía sobre la gente y lucha por propagarlo para hacer reaccionar a la sociedad. La película debía combinar las imágenes del guión con filmaciones de The Who tocando en vivo, para ello la agrupación realizó varios recitales gratuitos de "calentamiento” en el Teatro Old Vic de Londres. Pero pasaron los meses y Lifehouse seguía atascado, el concepto era tan enrevesado que nadie salvo su autor pudo entenderlo y para colmo Townshend y Kit Lambert (manager y productor de The Who) se habían distanciado. Kit tenía el don de entender la mente y las ideas de Pete, transmitirlas a los demás en forma clara y servir de vehículo para que la banda las tradujera en música; por entonces Lambert había escrito un guión para llevar Tommy al cine e incluso logró un acuerdo con Universal Pictures para financiar la película pero Pete estaba tan absorto con la idea de Lifehouse que ni siquiera se molestó en leer el guión de Lambert y este profundamente ofendido se retiró de la producción. Para Mayo de 1971 Lifehouse había sido oficialmente descartado y tras unas abortadas sesiones en Nueva York dirigidas por Kit la banda regresa a Inglaterra; allá bajo la dirección de Glyn Johns (productor/ingeniero con Beatles, Rolling Stones, Small Faces, Led Zeppelin y un largo etcétera) el cuarteto trabajó el material escrito para Lifehouse ya sin hilo conceptual dándole así forma a Who’s Next. A pesar de ser técnicamente un album compuesto de "sobras” Who’s Next se erigió como el ícono por excelencia en la discografía Who y es considerado casi por unanimidad como su obra maestra. El hecho de prescindir de todo concepto hizo que la banda se concentrara en trabajar las canciones de forma individual por lo que cada pieza tenía vida propia al margen del disco pero sin perder el caracter unitario del album. Por aquel entonces Pete había descubierto los sintetizadores y adquirió sus propios modelos (un VCS3 y un ARP 2500); la incorporación de estos innovadores aparatos constituyó la gran novedad sónica del disco alcanzando cotas espectaculares en ‘Baba O´Riley’ y ‘Won´t Get Fooled Again’, temas basados el primero en un patrón repetitivo obtenido tras alimentar el VCS3 con datos procedentes de una computadora y el segundo en una melodía tocada en un órgano conectado al VCS3, pero al margen de estos vistosos experimentos Townshend usó magistralmente los sintetizadores para dotar el resto de las piezas con los más variados matices y texturas. Si bien el papel de Townshend como líder creativo es indiscutible no hay que olvidar que The Who son ante todo una banda y la clave de su grandeza radica precisamente en esas 4 personalidades tan diferentes coexistiendo armoniosamente. Pete es un pedazo de autor pero es en la voz de Roger Daltrey que esas canciones adquieren su justa dimensión; si hubiera un ranking de los mejores trabajos vocales en un disco de Rock sin duda Roger estaría en los primeros lugares, Who’s Next es un album grandilocuente y solemne a la vez y Daltrey se mueve genialmente entre ambos extremos sonando desgarrado en los momentos duros (‘Bargain’), sublime en los más calmados (‘Get In Tune’) o combinando ambas facetas en el mismo tema (‘Behind Blue Eyes’). John Entwhistle no sólo destaca como el estupendo bajista que es, a partir de este disco asume un papel más activo en la producción, trabajando de cerca en las mezclas y con opiniones de peso en los arreglos, además con su tema ‘My Wife’ pone la nota humorística en un album tan "serio” contando la divertida historia de un hombre que falta una noche a casa y se pone paranóico repasando en su mente las posibles represalias de su mujer. Keith Moon sigue siendo el tórrido y abraviso baterista de siempre pero aquí toca con mayor precisión, incluso desarrolla una faceta que ya había ensayado en Tommy insertando sus percusiones en la trama melódica de las canciones como si se tratara de un instrumento melódico más, por cierto que suya fue la idea del soberbio cambio de ritmo a la mitad de ‘Baba O´Riley’ con ese sorprendente solo de violín. Si musicalmente el disco rezuma madurez y dinamismo en el plano lírico es fruto de las creencias espirituales de Pete entonces gran seguidor del místico Hindú Meher Baba (a quien dedicó el tema de apertura) que entre otras cosas lo alejó de las drogas. Y es que en Who’s Next hay esperanza y fé pero también dolor y sobre todo el esceptisismo del joven de los 70 que mantiene esa fé en el futuro pero con los ojos abiertos a la realidad, como en ‘Won´t Get Fooled Again’, a mi juicio el tema más emblemático del disco que refleja la nueva actitud juvenil con una frase lapidaria ("conocí al nuevo líder/ es igual al viejo líder”) y un grito de guerra ("no nos volverán a tomar por tontos”). Siendo un disco grabado modélicamente y que siempre sonó fabuloso esta edición remasterizada ofrece como aliciente 7 excelentes bonus tracks: ‘Pure And Easy’, ‘Baby Don´t You Do It’ (con Leslie West a la guitarra) y ‘Behind Blue Eyes’ (con Al Kooper al órgano) provienen de las sesiones iniciales en Nueva York; los estupendos ‘Naked Eye’ y ‘Water’ grabados en vivo en el Old Vic (Abril de 1971) ; ‘Too Much of Anything’ (uno de los tantos descartes de Lifehouse) y ‘I Don´t Even Know Myself’ (b-side de ‘Won´t Get Fooled Again’). Sin duda uno de los mejores albumes del Rock & Roll.



Categoría: 70's | Vistas: 1051 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 18-Feb-2011

Siendo la de Pink Floyd una música basada en la exploración de matices sonoros, posee la peculiaridad de evocar y describir imágenes, y esta característica "visual” hizo que desde sus mismos comienzos la banda volcara parte de su creatividad en la elaboración de bandas sonoras. Ya en 1968 poco después de la salida de Syd hicieron el soundtrack para The Committee, un film independiente Inglés de misterio (hace poco lo ví y es una lástima que jamás hayan lanzado la música en CD aunque sí en DVD). En 1969 repitieron la experiencia con More de Barbet Schroeder. En 1970 contribuyeron con 3 piezas a Zabriskie Point de Michelangelo Antonioni, y ese mismo año Roger Waters junto a Ron Geesin hizo el soundtrack para The Body, un documental sobre el cuerpo humano… durante un tiempo se especuló sobre la posibilidad de trabajar con Stanley Kubrick pero esto jamás se ha confirmado. Obviamente los Floyd no eran los únicos que componían para el cine pero lo que para otros artistas eran proyectos marginales (muchas veces poco publicitados a fin de no confundir al público) para Pink Floyd eran parte integral de su trabajo y como tal eran tratados (More, por ejemplo, trascendió su papel de banda sonora y pasó a ser el tercer album oficial de la banda, además sus temas estuvieron varios años en el setlist). A comienzos de 1972 el cuarteto aceptó la oferta de Schroeder para poner música a su nueva película titulada La Vallée (que narra un viaje de exploración por las selvas de Papua Nueva Guinea en busca de un paraíso perdido) y en dos semanas repartidas en dos meses diferentes (Febrero y Marzo) Pink Floyd completó Obscured By Clouds (el título del film para el mercado Anglosajón), su segundo soundtrack lanzado oficialmente y el séptimo album de su discografía. Por entonces PF ya había comenzado a trabajar en Dark Side Of The Moon y eso explica las similitudes entre ambos albumes, de hecho en OBC ensayan elementos que meses después se desarrollarían completamente en su obra cumbre. Para empezar OBC es un album de Rock; a excepción de los temas que abren y cierran el disco (‘Obscured By Clouds’ y ‘Absolutely Curtains’) aquí lo que privan son canciones concretas melódicamente bien definidas y con poca experimentación, algunas están dominadas por ritmos incisivos y duros riffs (‘Obscured By Clouds’, ‘When You´re In’, ‘Childhood´s End’) rozando incluso lo convencional (‘The Gold It´s In The..’, ‘Wot´s… Uh The Deal’, ‘Free Four’) pero sin perder la perspectiva del sonido PF. En el plano lírico Roger Waters comienza a erigirse como dominador esbozando ya los temas recurrentes de sus trabajos posteriores dentro y fuera de Pink Floyd (el aislamiento, la inseguridad, la guerra, la muerte, el poder…). En líneas generales el album mantiene muy bien el nivel y a mi juicio no tiene nada de lo malo que por años los críticos y la prensa inquisidora han pretendido endosarle; hay temas muy buenos como el inicial ‘Obscured By Clouds’ donde Nick Mason utiliza un prototipo de batería electrónica (por primera vez en una grabación de Rock) y Rick Wright rompe su reticencia hacia los sintetizadores, además de la dupla ‘Burning Bridges’ & ‘Mudmen’ que desarrollan 2 variantes de un mismo tema. La estupenda ‘Childhood´s End’ lleva el sello de David Gilmour y llegó a tener un puesto fijo en los recitales junto a la pieza homónima mientras que en ‘Free Four’ Roger demuestra su talento para escribir también canciones con gancho comercial (de hecho este tema tuvo un sorpresivo éxito en single aunque sin llegar a ser un hit). Si Meddle fue la cúspide de Pink Floyd como vanguardistas del Rock, OBC mas que un soundtrack fue el puente hacia el estilo concreto y la magnificencia de DSOTM, además que al igual que en More la música se sostiene sola al margen de las imágenes de película de Schroeder.



Categoría: 70's | Vistas: 920 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 09-Feb-2011

En la historia del Rock no han sido pocos los casos de albumes cuya calidad esconde una gestación ardua y nada fácil. Cuando Pink Floyd se reunió en los estudios Abbey Road en Enero de 1971 no tenían una idea muy clara de lo que querían hacer. Con la mente puesta en probar siempre nuevas fórmulas dedicaron las primeras semanas a improvisar en el estudio y ensayar un curioso método: cada uno de los 4 miembros grababa por separado siguiendo las mismas indicaciones generales respecto a tempos y ritmos para luego tratar de juntar todo y formar el esqueleto de los temas; la idea era que cada músico dejara fluir su creatividad sin la interferencia de los demás pero no obtuvieron absolutamente nada de ello. Probaron nuevos efectos y soluciones instrumentales e incluso discutieron un anhelado proyecto para hacer música a partir de objetos caseros. Las sesiones se vieron frecuentemente interrumpidas por giras que los llevó a recorrer Gran Bretaña, EUA, Europa continental y Australia. En un momento dado se sintieron limitados en Abbey Road (que aún usaba grabadoras de 8 pistas) y se mudaron alternadamente a los estudios Air y Morgan equipados con 16 pistas. Fueron en total 7 meses de trabajo bastante accidentado pero que dió como fruto un gran album rico en matices y pequeños detalles, con un par de altibajos pero que ocupa un lugar destacado en la discografía de Pink Floyd; la perfección formal vendría después con Dark Side Of The Moon y Wish You Were Here, no obstante estos albumes estaban temáticamente dominados por Roger Waters mientras que Meddle fue un esfuerzo grupal donde las fuerzas estaban en perfecto equilibrio. Es también el album que consagra a David Gilmour como fuerza creativa, co escribiendo 5 de las 6 piezas y alcanzando nuevas cotas como guitarrista, especialmente en la adopción de la steel-guitar que se convertiría en el elemento más característico de su estilo. ‘One Of These Days’ abre los trámites con una tensión claustrofóbica a cargo de los bajos (2 líneas de bajo tocadas simultáneamente por David y Roger filtradas a través de una cámara de eco) que explota en un torbellino épico conducido por Nick Mason quien pronuncia en segundo plano la frase "one of these days I’m gonna cut you into little pieces”. En ‘A Pillow Of Dreams’ y ‘Fearless’ David Gilmour se erige protagonista con deliciosas interpretaciones vocales siendo la primera una preciosista balada acústica con notas que se desparraman en pequeñas cascadas y la segunda un incisivo mid-tempo con el sampler de los fanáticos del Liverpool Football Club cantando ‘You´ll Never Walk Alone’ (el tema de Rodgers & Hammerstein que los seguidores del equipo adoptaron como himno). ‘San Tropez’ es un sencillo y elegante tema de aires Beatlescos agradable pero que resulta una anomalía del sonido PF, mientras que ‘Seamus’ pone la nota humorística al mejor estilo de Syd Barrett, un Blues acústico con los aullidos de un perro (la mascota de Steve Marriott) en respuesta a las frecuencias de la armónica tocada por David (en la película Live In Pompeii harían lo mismo con otro perro y en versión instrumental). Estas 5 piezas son toda una prometedora introducción a ‘Echoes’, el tema que ocupaba toda la segunda cara del album original, 23 minutos completamente alucinantes donde Pink Floyd pone a prueba todos sus recursos obteniendo como resultado una auténtica obra maestra y que en mi humilde opinión constituye su pieza más brillante. A diferencia de Atom Heart Mother no se trata de una suite sino de una pieza larga (a pesar de los cambios que se suceden a lo largo de la misma) con estupendos pasajes instrumentales, fragmentos de pura experimentación y partes cantadas de un lirismo desbordante. Pink Floyd no son unos virtuosos como lo eran ELP o Yes pero sabían muy bien como llevar el desarrollo de este tipo de temas manteniendo en vilo al que escucha pendiente de cada acorde, de cada cambio de ritmo. El tema se inicia con una nota de piano de Rick filtrada a través del altavoz de un órgano para lograr el conocido e inconfundible efecto "submarino” que lo caracteriza y que dá paso a la canción propiamente dicha donde Gilmour y Wright cantan a dúo una fantástica letra de una poesía casi ancestral ("Por encima el albatros se mantiene inmóvil en el aire/ y en la profundidad bajo las onduladas olas en laberintos de cuevas de coral/ el eco de un tiempo distante viene envolviendo a través de la arena/ y todo es verde y submarino”); el largo ‘break’ instrumental es absolutamente impecable y desemboca en un misterioso e impreciso collage sonoro que prepara el terreno para una nueva irrupción de la banda en un climax de gran efecto que reintroduce el motivo inicial y se desliza hacia un suave y etéreo final. No concuerdo con quienes consideran a ‘Echoes’ lo único salvable del disco pero es obvio que los Floyd pusieron aquí su mayor esmero, de hecho este tema fue la motivación para mudarse de Abbey Road y aprovechar los ilimitados recursos que ofrecían los estudios Air y Morgan con sus 16 pistas; su entuasiasmo por ‘Echoes’ fue tal que durante los conciertos Ingleses en Abril de 1971 estrenaron una versión piloto titulada ‘Return of the Son of Nothing’ y una vez lanzado el album el tema entró al setlist donde permaneció hasta 1975. El album fue un éxito rotundo en Inglaterra y Europa pero la falta de promoción de Capitol hizo que en EUA tuviera inicialmente un impacto mínimo. Meddle fue sin duda el cierre de la segunda etapa de Pink Floyd, la que siguió a la desvinculación de Syd Barrett, y el pico creativo antes de la consolidación artística con el excelso Dark Side Of The Moon que páradójicamente marcó el inicio del fin de la banda como entidad colectiva para terminar abosorbidos por el ego incontrolado de Roger Waters.



Categoría: 70's | Vistas: 823 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 06-Feb-2011

Para entender la naturaleza de los diferentes trabajos musicales emprendidos por Eno en los 70, valgan las siguientes consideraciones. Entre 1975 y 1978 Eno lanzó la serie Obscure formada por 10 albumes para promocionar diversos artistas de la música contemporánea, sobre todo Británica. El título Obscure 3 fue el único perteneciente a Eno ("Discreet Music”) siendo los demás producciones suyas a otros músicos de vanguardia como Gavin Bryars (fundador de la Portsmouth Sinfonia), Michael Nyman, Harold Budd y la Penguin Cafe Orchestra. Con la finalización de la serie Obscure en 1978, Eno inaugura la nueva serie Ambient (con 4 albumes entre 1978 y 1982), y casi paralelamente otra llamada Music For Films formada por 3 volúmenes (1978, 1983 y 1988). Por tanto Music For Films no pertenece a la serie Ambient… ¿la diferencia?, pues mientras Ambient tiene un objetivo funcional (atmósferas que ejercen un efecto "tranquilizador” sobre la mente) Music For Films son simples esbozos destinados a hipotéticas bandas sonoras; visto desde otro ángulo, en la música de ambiente hay patrones repetitivos sin forma específica a diferencia del resto de la obra experimental de Eno donde se aprecian claras melodías y patrones rítmicos. Music For Films se remonta a 1975 cuando Eno preparó una edición limitada de 500 copias con 27 temas y se las envió a directores de cine alrededor del mundo para que consideraran su uso en bandas sonoras. En 1978 Eno tomó 9 de esas piezas y junto a otras 9 formó la versión comercialmente disponible; las nuevas piezas se grabaron con la colaboración de algunos amigos (Percy Jones, Phil Collins, Dave Mattacks, Fred Frith, Robert Fripp, John Cale y otros). Los temas como decía al comienzo son simples esbozos (sólo 6 de ellas superan los 3 minutos) que combinan instrumentos acústicos con sintetizadores y cumplen a cabalidad con la naturaleza "descriptiva” de toda banda sonora, con momentos de profunda melancolía y otros sombríos e incluso cargados de cierta tensión. Difícil destacar temas en una obra para ser escuchada en su conjunto, además las piezas son tan cortas que prácticamente acaban justo cuando empiezas a sentirte a gusto con ellas, pero hay muchos detalles llamativos como la viola de Jon Cale en ‘Patrolling Wire Borders’, el bajo fretless de Percy Jones en ‘A Measured Room’ o el ritmo "shuffle” de ‘Task Force’ entre otros. Edición remasterizada en 2004 con el orden de los temas cambiados respecto al LP original.



Categoría: 70's | Vistas: 967 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 24-Oct-2010


"Un ambiente se define como una atmósfera, o una influencia que nos rodea: un tinte. Mi intención es producir piezas originales ostensiblemente (pero no exclusivamente) para determinados momentos y situaciones con miras a la creación de un catálogo pequeño pero versátil de música ambiental adecuada para una amplia variedad de estados de ánimo y atmósferas…”. En este texto perteneciente a las notas del autor incluidas en el interior del disco Eno resume su declaración de principios respecto a la música de ambiente. Si bien Eno ya venía trabajando en esta idea desde la época de Another Green World/Discreet Music es en esta primera entrega de la serie Ambient (lanzada a través de su propio sello Ambient Records) que el concepto de música ambiental cobra forma como tendencia musical independiente. La inspiración para esta obra le vino a Eno durante un viaje a Alemania a mediados de los 70; Brian se quedó varado en el aeropuerto de Colonia y la larga espera lo puso irritado y ansioso. A partir de ese momento Eno acarició la posibilidad de grabar una serie de patrones musicales que pudieran ser tocados como fondo en los aeropuertos y convertir la espera en una experiencia apacible. Music For Airports se grabó entre Londres y Colonia durante las primeras semanas de 1978 y 2 meses después ya estaba en circulación. Los 4 patrones que componen el album no tienen títulos específicos y están identificados como 1/1, 2/1, 2/1 y 2/2 (es decir pieza 1 del lado 1: pianos y sintetizador, pieza 2 del lado 1: voces y sintetizador, pieza 1 del lado 2: voces y piano, pieza 2 del lado 2: sintetizador) y están formados por loops instrumentales que ván cambiando gradualmente; son piezas minimalistas que constituyen la ampliación y el perfeccionamiento de los esbozos instrumentales que el autor ya venía sugiriendo en sus albumes anteriores (propios y colaboraciones). Y no es necesario estar en un aeropuerto para poder apreciarla en su justa dimensión: es música "funcional” hecha para momentos muy puntuales como la meditación o la relajación, como fondo de alguna lectura o simplemente para dejar fluir libremente nuestros pensamientos. A pesar de servirse ampliamente de la tecnología no puede catalogarse como música puramente electrónica pues existe una combinación muy equilibrada de instrumentación acústica, eléctrica y sintetizada. Como en todos sus trabajos Eno recurre al acompañamiento ocasional de algunos amigos, en este caso Robert Wyatt (piano en la primera pieza) y las voces de Christa Fast, Christine Gomez, Inge Zeininger en las piezas 2 y 3. Por fortuna el proyecto no se quedó sólo en la teoría: una cinta con los 4 patrones se instaló en el sistema de altavoces del aeropuerto La Guardia en Nueva York y con los años varios aeropuertos han imitado la idea con música de otros artistas que se han apuntado a la tendencia, convalidando así el aporte de Brian Eno a la evolución de la música contemporánea. Sea en su aplicación funcional o como disfrute para los sentidos se trata de una obra absolutamente fascinante.



Categoría: 70's | Vistas: 783 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 21-Oct-2010

Tras la edición de "Another Green World” Eno inició un período de trabajo intenso y altamente prolífico donde destacaba su labor como productor musical. En primer plano estaba la producción de "Low”, el album que daba inicio a la trilogía "Berlinesa” de David Bowie con la que el camaleónico personaje se reinventaría a sí mismo adoptando para sí el uso funcional que Eno hacía de los sintetizadores. Pero Eno siempre intuitivo y abierto se involucró también en la producción de 3 bandas representativas de las nuevas tendencias del Rock a finales de los 70: Devo, Ultravox y Talking Heads. Los primeros provenían de Akron (Ohio), Eno les produjo su primer album adorablemente desquiciado llamado "Q: Are We Not Men? A: We Are Devo!” que los reveló en años posteriores como pioneros del Rock Industrial ; los segundos eran Ingleses y sin duda fueron todo un reto para Eno pues prácticamente seguían las mismas pautas de los primeros Roxy Music. Pero con los Neoyorkinos Talking Heads la historia fue diferente: Eno no se limitó a producir su segundo album ("More Songs About Buildings And Food”) sino que se involucró artística y humanamente con ellos; Eno congenió con su líder David Byrne y juntos experimentaron con elementos étnicos y Funkies en la búsqueda de una música que fuera altamente rítmica e incluso bailable pero sin perder su perfil vanguardista. Esta asociación influyó también en el propio Eno, como resultado Before And After Science (1977) es una obra que nada entre 2 aguas: por un lado desarrolla esa vertiente rítmica influenciada por su trabajo con Talking Heads, y por el otro lado explora a fondo en la Ambient-Music, tendencia que caracterizó toda la obra posterior de Eno durante casi 3 décadas. Algunos críticos cortos de mente lo catalogaron como el album "comercial” de Eno; yo opino que su discografía es como un gran rompecabezas donde todas las piezas encajan y cumplen una función; este disco es una de esas piezas. Existen muchas formas de ser vanguardista y artistas como Eno han enseñado el camino para experimentar con miras a un público amplio mezclando pasado y presente para apuntar hacia el futuro. Si bien este album y el anterior son diferentes en atmósfera son bastante parecidos en estructura. ”No One Receiving’ y ‘Kurt´s Rejoinder’ son 2 temas cargados de polirritmos que definen lo que más tarde se conocería Wordlbeat (fusión de Rock, Funk, Electrónica y músicas étnicas), tendencia que el tandem Eno/Talking Heads perfeccionarían a posteriori en los albumes "Fear Of Music” y "Remain In Light”. En ‘Backwater’ Eno le pone su toque personal a un tema premonitorio del Synth-Pop de la siguiente década, y lo mismo puede decirse de la deliciosa balada ‘Here He Comes’. En el tema ‘King Lead´s Hat’ (un anagrama de Talking Heads) nuestro héroe define en sólo 4 minutos el estilo de agrupaciones como B-52′s. El Eno que apunta hacia el futuro está presente en los temas ‘Energy Fools The Magician’, ‘Julie With…’, ‘By This River’, ‘Through Hollow Lands’ y ‘The Spider And I’, temas densos y relajados con un efectivo manejo de los espacios. ‘Julie With…’ y ‘By This River’ son 2 hermosas baladas sintetizadas cargadas de mágica y fría belleza. ‘Energy Fools The Magician’, ‘Through Hollow Lands’ y ‘The Spider And I’ son 3 estupendos paisajes sonoros envueltos en una atmósfera de "imprecisión”, aunque en la última la voz de Eno ayuda a crear un contraste muy emotivo. El album cuenta nuevamente con una pléyade de fantásticos músicos enriqueciendo la ejecución de los temas: Robert Fripp, Phil Manzanera, Paul Rudolph, Percy Jones, Phil Collins y el dúo Alemán Cluster entre otros. Este sería el último de los llamados vocal-albums o albumes de canciones de Eno. A partir del año siguiente Eno abandonaría el esquema del Rock para entregarse a la más pura experimentación (excepto en sus producciones y unas pocas colaboraciones) y no volvería a cantar en un disco hasta la edición de "Another Day On Earth” en 2005. No deja de ser curioso e incluso irónico como después de dar forma a unos elementos musicales que marcaron parte del Rock y la música Pop en los 80, Eno los abandonaría para seguir en la dirección opuesta, sin embargo esta actitud dice mucho de sus profundos deseos por estar siempre al frente de los cambios y por no repetirse. Al igual que las anteriores esta edición fue remasterizada en 2004 con el sistema DSD.



Categoría: 70's | Vistas: 663 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 17-Oct-2010

El tercer album solista de Eno salió al mercado en Septiembre de 1975 bajo el título Another Green World y representó en muchos aspectos una ruptura con los dos anteriores. Entre la edición de "Talking Tiger Mountain (By Strategy)” y éste Eno había grabado un segundo album a dúo con el ex-líder de King Crimson Robert Fripp ("Evening Star” que fue editado a posteriori), una obra experimental premonitoria de las incursiones de Eno en la ambient-music y que en cierta medida condicionó la dirección de Another Green World; el resultado fue un disco mayoritariamente instrumental con Eno cantando en sólo 5 de las 14 piezas y tocando todos los instrumentos en 7 de ellas. Aquí Eno se vuelca por completo a explotar el estudio de grabaciones, explora a fondo las posibilidades de los sintetizadores, utiliza diversos tratamientos electrónicos para alterar el sonido de los instrumentos convencionales, juega con las texturas y las tonalidades… en este album Eno ya no es un músico, es un alquimista de los sonidos que asume todos los riesgos sólo para comprobar el resultado de sus combinaciones musicales. Incluso llama a los instrumentos de forma simbólica según la función que asumen o el tipo de sonido que evocan (guitarra serpiente, guitarra de castañuelas, piano incierto, órgano desmenuzado, percusión espasmódica, etc.). De las 5 piezas cantadas, 4 podrían considerarse "baladas”, las letras abandonan el non-sense y el humor negro del album anterior y ofrecen una dimensión muy poética y melancólica. Son piezas hermosas, basadas en melodías simples cargadas de gran emotividad y sugerentes imágenes: ‘Everything Merges With The Night’ por ejemplo, es de una belleza indescriptible, ‘St. Elmo´s Fire’ exhibe unas deliciosas armonías vocales (Eno no es cantante pero sabe sacarle provecho a su voz atonal) además de otro brillante solo de Robert Fripp, y ‘I´ll Come Running’ habría sido un maravilloso hit si se hubiese promocionado como single. Pero Eno definitivamente no nació para caer en la redes del éxito fácil y es en las piezas instrumentales donde muestra toda la extensión de su talento: ‘Sky Saw’ y ‘Over Fire Island’ abren el disco y tienen fuertes acentos Jazzísticos gracias a la participación de Phil Collins a la batería y Percy Jones (de Brand X) al bajo; la primera tiene un desarrollo cargado de una fuerte tensión que desemboca en una cacofonía de sonidos acentuada por la viola de John Cale y una breve parte vocal, la segunda posee una densidad más controlada. El resto de las piezas ahondan dentro del concepto de "paisajismo sónico”, característica que mejor define la música de este caballero. Las piezas están íntimamente relacionadas con sus títulos y evocan a la perfección las imágenes que estos sugieren; ‘In Dark Trees’ es lo más parecido a abrirse paso por una densa, misteriosa y oscura selva, ‘The Big Ship’ sugiere el paso de una gran nave que encuentra esa ansiada luz que guiará su camino a destino seguro, ‘Sombre Reptiles’ está poblada de amenazadoras figuras de grandes animales ancestrales dispuestos a devorarte al mínimo descuido, ‘Little Fishes’ es una cascada de delicados reflejos que brotan de las aguas, ‘Becalmed’ te llena de una infinitamente confortante sensación de soledad y ‘Spirit Drifting’ es como pasar el umbral hacia un mundo desconocido donde no sabes con qué te podrías encontrar. A pesar que en buena parte del disco Eno toca sin acompañamiento, aún se rodea de algunos músicos amigos que le dán el toque puntual a determinadas piezas; además de los ya nombrados Robert Fripp, Phil Collins, Percy Jones y John Cale vale citar la participación de Paul Rodolph, Rod Melvin y Brian Turnington. Como ocurre con este tipo de obras que se adelantan a su tiempo, Another Green World tuvo algunas malas críticas , fue severamente cuestionado por las publicaciones de mayor renombre y obtuvo ventas modestas, pero 30 años después ha pasado a engrosar la lista de los mejores y más significativos albumes de los años 70. Edición remasterizada en 2004 por Brian Eno usando el sistema DSD (Direct Stream Digital), el mismo empleado para todas las rediciones de su catálogo musical.



Categoría: 70's | Vistas: 799 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 11-Oct-2010

Inspirada en una ópera China del mismo nombre que fuera muy popular durante la revolución cultural (de hecho, una de las únicas ocho óperas autorizadas por el régimen de Mao) Talking Tiger Mountain (By Strategy) supera aún más el alto nivel que Eno alcanzó con su debut. "Here Come The Warm Jets” fue un trabajo brillante pero de transición en varios aspectos; aquí estamos ante una obra 100% Eno, un album maduro y bien cohesionado que en mi opinión particular es el mejor de los 4 albumes "vocales” suyos (como suele referirse a los 4 discos de su etapa pre-Ambient donde él canta). Aquí la larga lista de colaboradores del anterior album se reduce a un núcleo base de 5 músicos (Eno, su amigo Phil Manzanera a las guitarras, el bajista Brian Turrington, el baterista Freddy Smith y el ex-Soft Machine Robert Wyatt a las percusiones) con participaciones puntuales de la Portsmouth Sinfonia, dos grupos vocales (Randi & The Pyramids, The Simplistics), Andy McKay y Phil Collins (Eno colaboró en la producción de "The Lamb Lies Down On Broadway” de Genesis y ambos se hicieron amigos); este detalle resultó fundamental para el logro de esa cohesión sónica a la que hacía referencia. En el aspecto musical el album tiene una marcada orientación Rock, varias piezas tienen elaborados patrones percusivos que operan en segundo plano y en general todo el album presenta infinidad de minúsculos detalles y soluciones instrumentales que le dán ese aire experimental aún en las piezas más simples. Eno escribió las letras utilizando un método muy curioso: cantando improvisados monosílabos sobre el backing track que sirvieron de base para la elaboración de aquellas. Las letras son oscuras, cargadas de humor negro y frases sin sentido aparente ("Su sentido del gusto es tal que ella puede distinguir con su lengua detalles que un espectrógrafo no detectaría/ y anunciará su decisión al tiempo que exige su recompensa: una beso de medusa” – ‘The Fat Lady Of Limbourgh’); y si bien hay dos temas muy recurrentes (la vida cotidiana en la China comunista y el espionaje) no es una obra conceptual como muchos se obstinan en afirmar. La portada muestra un collage de litografías con la imagen del propio Eno y las 10 canciones que intergran el disco son igualmente un sorprendente y colorido collage de sonidos y sensaciones: Eno saber ser, según la circunstancia, deliciosamente Pop (‘Burning Airlines Give You So Much More’), extravagante (‘Back in Judy´s Jungle’), imprevisiblemente vanguardista (las fabulosas ‘The Fat Lady Of Limbourg’ y ‘The Great Pretender’, así como el break central de ‘China My China’), visceral (‘The True Wheel’ y la magnífica ‘Third Uncle’, dos piezas que se adelantan a los sonidos de la New Wave que caracterizaron el inicio de los años 80) y emotivo (‘Put a Straw Under Baby’). En esta última colabora la Portsmouth Sinfonia, una curiosa orquesta fundada por profesores y alumnos de la Portsmouth School Of Art en 1970 y cuya única regla era integrar gente que no supiera tocar ningún instrumento junto a músicos dispuestos a tocar cualquier instrumento que no fuera el suyo (el propio Eno se les unió en 1971 tocando el clarinete); son ellos los autores del maravillosamente amorfo acompañamiento de una pieza ya de por sí extraña parecida a una canción infantil. Como ocurrió en "Here Come The Warm Jets” el album se cierra con la pieza que le dá título y que, al igual que en aquel, ofrece un anticipo de la línea musical para el siguiente trabajo. Si bien no tuvo una recepción unánime "Talking Tiger Mountain” es una fabulosa obra adelantada a su tiempo; un clásico indiscutible de los 70 que aún hoy suena innovador. Edición remasterizada en 2004 por el propio Brian Eno presentada en formato digipack; no tiene bonus tracks pero sí un sonido digno de mención.



Categoría: 70's | Vistas: 761 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 07-Oct-2010


"Pionero de la ambient-music, glam rocker, productor de éxitos, artista multimedia, innovador de la tecnología, proponente del worldbeat y auto denominado no-músico -en el curso de su larga, prolífica e inmensamente influyente carrera- Brian Eno fue todo eso y más."… No pude resistir la tentación de reproducir esta acertadísima cita que encontré en la base de datos de Winamp pues sin ánimos de exagerar Brian Peter George St John le Baptiste de la Salle Eno (Eno para los amigos)  es uno de los artistas más importantes de los últimos 50 años. Como "músico" (etiqueta que él mismo rechaza) ha tenido una magnífica carrera, larga e influyente.  Como productor fue determinante en la evolución musical de David Bowie (la legendaria trilogía Low/Heroes/Lodger grabada en Berlin a finales de los 70 que supuso el cambio de orientación más significativo de artista alguno) y en el salto de calidad que dieron Talking Heads (junto a quienes exploró los terrenos de la música étnica) y U2. Incluso como artista plástico y diseñador ha demostrado destellos de una genialidad que lo hubiese hecho igualmente grande.  Partiendo de su corta pero definitiva estadía en Roxy Music, Eno sentó las bases para la adecuación la música Pop y el Rock a la tecnología. A diferencia de los tecladistas circunscritos al progresivismo que utilizaban los sintetizadores como elemento ornamental y recurso exhibicionista, Eno se concentró en la aplicación funcional de las posibilidades que estos nuevos instrumentos ofrecían. En este aspecto su mayor aporte fue la creación de texturas que se integraban orgánicamente a las canciones dando como resultado auténticos paisajes sonoros. En sus manos los sintetizadores eran el equivalente a la amplia paleta de colores al servicio de un pintor impresionista, no obstante el resultado obtenido era de una calidez y de una "humanidad” tan auténtica como la música producida con instrumentos acústicos en contraposición a la estética maquinal de la música electrónica. Y esto por no hablar de su habilidad para alterar el sonido de los instrumentos tradicionales o el uso de tiempos rítmicos dispares en la búsqueda de soluciones novedosas. Pero un espíritu como el suyo nació para explorar constantemente nuevos territorios, y fue así como a finales de los 70 Eno se dedicó al estudio de la ambient-music un concepto que ya había sido enunciado a principios del siglo XX por el músico Francés Erik Satie pero que nuestro héroe se encargó de expander y aplicar a los nuevos tiempos. Esto dió pié a una larga serie de albumes (propios o en colaboración con otros artistas) en los que prescindía de su voz y del esquema Rock para ofrecer una música instrumental evocadora,  sugestiva, perceptible sólo en un segundo plano pero cargada de imágenes extra musicales que trabajan a nivel subconsciente. Su eclectisismo es tal que en 1994 elaboró el sonido de bienvenida para el sistema operativo Windows de Microsoft, 6 segundos que representan todo un impacto cultural de la era moderna. En la actualidad Eno sigue tan activo como siempre investigando, escribiendo, dando conferencias, montando exhibiciones, grabando nueva música, produciendo otros artistas y aumentando su larguísima lista de colaboraciones (el pasado año tocó en el último album de su ex archienemigo Bryan Ferry). Como tributo personal (porque los tributos son más sinceros en vida) quiero ofrecer un repaso a sus primeras obras solistas que influyeron directamente en todo el  Rock de la era Postpunk así como algunos de sus primeros proyectos de música ambiental.



Categoría: 70's | Vistas: 694 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 02-Oct-2010

Para culminar este repaso a los Velvets me gustaría echar un vistazo al trabajo de sus miembros más emblemáticos, y en cuanto a Lou Reed se refiere nada mejor que su absoluta e indiscutible obra maestra Berlin. Tras su salida de VU en 1970 Reed se instaló en Londres, Loaded había recibido excelentes críticas allá y la prensa Inglesa quedó aún más prendada al redescubrir los primeros albumes de VU y confirmar el talento de Lou como autor. Como consecuencia el primer album solista de Lou (Lou Reed, 1971) se grabó en Londres y aunque pasó desapercibido le ganó la admiración, entre otros, de David Bowie quien lo recomendó con RCA y le produjo junto a Mick Ronson su segundo album, el exitoso Transformer (1972) refrendado por una de las grandes canciones de todos los tiempos, la inmortal ‘Walk On The Wild Side’. Este éxito le permitió a Lou volver a NYC convertido en estrella y generó enormes expectativas por su siguiente trabajo, RCA esperaba un disco que consolidara su popularidad a nivel mundial, pero Reed fiel a su temperamento y siempre esquivo al éxito fácil hizo exactamente lo contrario: una obra conceptual con canciones llenas de amargura, desesperanza y sin ninguna pieza orientada a las radios. Ya desde los tiempos de VU Lou Reed destacó por ser un contador de historias, un cronista del lado oscuro de la sociedad moderna poblada por seres marginados y perdedores, y Berlin fue sin duda la cumbre de todo eso, una historia de amor y dolor ambientada en Berlin, ciudad que por estar política y socialmente dividida ofrecía el marco perfecto para esa dicotomía entre el bien y el mal. Algunos temas ya venían de los tiempos de Velvet Undeground lo cual demuestra como el fermento de la obra ya bullía en la mente de Lou desde hacía tiempo. Berlin cuenta la historia de Caroline y Jim, ella una prostituta con una personalidad depresiva, y él un ser violento y autodestructivo, una metáfora sobre ese universo urbano de personas anónimas que parecieran tocadas por el destino para llevar una existencia trágica. Un disco dificil de asimilar, una música triste, depresiva, y dolorosa pero es precisamente en eso donde reside su belleza; algunos la han definido una ópera rock pero Berlin es mucho más que eso, es toda una epopeya contemporánea. Reed estaba tan enfrascado en la composición de la obra que decidió buscar un productor capaz de tomar sus propias decisiones, y Bob Ezrin resultó ser la elección adecuada; de hecho Ezrin se conectó de tal manera con el concepto de Berlin que me aventuraría a decir que sin él el resultado habría sido otro. Para empezar se instaló en los Morgan studios de Londres y armó una banda fenomenal con Aynsley Dumbar y BJ Wilson (batería), Jack Bruce (bajo) y Stevie Winwood (órgano) apoyados por el bajo de Tony Levin y las soberbias guitarras de Dick Wagner & Steve Hunter (estos últimos tres provenientes de la banda de Alice Cooper), con Lou Reed concentrándose sólo en cantar y tocar la guitarra acústica. Tras grabar las pistas básicas Lou y Bob volvieron a Nueva York para los overdubs y las mezclas. Uno de los elementos más polémicos de Berlin fue el uso de complejos arreglos orquestales, pero son precisamente estos los que le confieren al disco ese encanto enfermizo y decadente; por ejemplo ‘Lady Day’ con la sección de vientos que refuerza el espíritu farsesco de la pieza, o bien ‘Sad Song’ el tema de cierre que resulta completamente inconcebible sin ese crescendo orquestal espasmódico que corta la respiración. La simbiosis entre música y narrativa es tan perfecta que las piezas pasan por los oídos y se alojan en la mente formando claras imágenes: Caroline y Jim sólos en un pequeño café junto al muro de Berlín (‘Berlin’), la amarga decepción de Caroline ante el comportamiento de Jim (‘Oh, Jim’), las autoridades que le quita sus hijos al declararla moralmente incompetente para cuidarlos (‘The Kids’), Jim describiendo la habitación donde Caroline se corta las venas (‘The Bed’)… por desgracia Berlin no resultó ser lo que todos en Norteamérica esperaban: el público lo ignoró, la prensa lo masacró y RCA se negó a financiar la representación escénica del disco que Reed y Ezrin planeban hacer, y a pesar que la recepción en Europa fue mucho mejor (en Inglaterra entró al Top 10) este fracaso fue un durísimo golpe para Lou. Por fortuna el tiempo se ha encargado de reivindicar su innegable calidad, como cuando en 2003 la revista Rolling Stone (que en su momento calificó el album de "desastroso”) lo incluyó en su lista de los 500 mejores albumes de la historia. En 2007 Reed recibió la gran satisfacción de su carrera al llevar su obra de gira por EUA y Europa respaldado por una banda de 30 músicos y un coro de 12 voces recibiendo unánimes elogios. Uno de esos recitales fue filmado y lanzado en DVD en 2008 con el título de Lou Reed’s Berlin, hace poco lo ví en una canal de TV por cable y quedé fascinado con la puesta en escena respalada por filmaciones que complementaban la música y la narración. La presente es la edición conmemorativa por el 25 aniversario de la obra, contiene el album original brillantemente remasterizado y un desplegable con texto de Michael Hill junto a las letras de las canciones y fotos ilustrativas de la historia. No tiene bonus tracks pero ni falta que hacen.



Categoría: 70's | Vistas: 1088 | Agregado por: Aldoux | Fecha: 21-Sep-2010

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